Dos niños tan diferentes, y al mismo tiempo tan idénticos, siendo dirigidos al mismo camino, sin saberlo, al mismo camino que terminaría con su amor mutuo, y el cual solo ellos podrían salvar.
Siendo las personas que siempre desearon ser, seguían sus propios destinos aunque, sin admitirlo, aun mantenían dolor en sus corazones, el cual los había hecho distanciarse teniendo pesar dentro de sí, que aún lejos los había oscurecido lentamente, siendo como el ying y el yang, ninguno de los dos podía estar muy lejos del otro, mas sin embargo ignoraron ese hecho emprendiendo cada quien su propio camino, el orgullo había ganado esta batalla, pero, no siempre fue así.
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En un Japón antiguo, vivía la armonía en la superficie del pueblo de Iga, incluyendo también a las dos sectas más poderosas de ninjas, sin embargo, en las entrañas vivía un profundo dolor combinado con un poderoso deseo de venganza, en esos días las aguas se habían tranquilizado lo suficiente para que las personas continuaran con su vida lo más tranquilo que sus corazones les pudieran brindar.
Aunque, en anteriores días, no se respiraba la misma tranquilidad. Todo se podría haber clasificado como una vida pacifica, aunque las dos sectas estaban separadas, por la ambición de saber quién era el mejor clan, aun así, había algo que los unía de la misma forma, el dolor y la traición. En un pasado cercano , la noticia de la traición del que hubiera sido la próxima sombra escarlata se hacía paso entre las sectas, era la peor deshonra en cientos de años, en el mundo ninja la traición era castigada con la muerte, ya que se trata de honor, la traición era algo imperdonable, la impresión en todos era de esperarse al darse cuenta que su ninja más poderoso, el que había jurado con su vida proteger a Iga, los había traicionado de la forma más ruin, matando a todos los ninjas de élite que seguían su mandato, dejando vivir solo a uno, para que comunicara la atrocidad cometida.
Al saber que Hanzo, el heredero del título, había tenido lazos estrechos con seres del inframundo, y que por la misma razón había aniquilado a todos sus guerreros por la sed de sangre y poder, el general Onmyouji no quera hacerse esperar por la justicia, sin embargo tuvo que guardarse su sed de venganza por sus dos cercanos amigos, los dos líderes de las sectas, Shijorama y Hakanari que fueron despiadada mente asesinados, sabía que su venganza se haría por uno de sus progenitores.
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En ese momento la progenitora más prometedora era Hanabi, una niña de ojos alargados, delgada, alta y cabello negro que poseía la tierna edad de 8 años, ella sola había podido aniquilar en prácticas a todos sus compañeros en el dojo, hasta que, conoció a Hayabusa, quien se convertiría en su contrincante más formidable.
Ese día había sentido un vuelco en su corazón, con solo verlo había podido llenar una parte que sentía vacía en su pecho desde que su padre falleció. Ella sabía que tenía que conocer quién era el niño el cuál se escondía con un expresión seria y al mismo tiempo nerviosa entre la multitud de niños aspirantes, había deducido como se sentía con solo poder ver sus ojos, que aunque eran obscuros como la noche, le trasmitían una luz algo sofocada.
En ese momento, todos se habían estado formando para las competencias, ya muchos habían sido eliminados, y solo quedaban ella y el niño misterioso, sabía que él era bueno, todos lo decían, además de que por su propia cuenta lo había estado observando en cada batalla que se había dado por campeón, por primera vez, ella sentía que iba a tener un duelo justo. Al estar absorta en sus pensamientos, no se dio cuenta cuando la llamaron al dojo, ahora después de todo estaba parada frente a él.
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Flores Artificiales
FanfictionDespués de ser competitivos y siempre rivales por un mismo deseo, cada uno hace su propio camino, dejando en el olvido su amor por una misma cosa, venganza. Dos ninjas fuertes y orgullosos, harán saberse mutuamente sus sentimientos, sin saber que e...