Los humanos (en especial los adultos) son muy complicados. Y no creo que sea tema de la biología. Nos gusta complicarnos la vida con cosas tan idiotas, que al final de cuentas no vemos que nada de lo que digamos o decidamos va a interferir con la rotación del planeta...
Ese es mi primer pensamiento por la mañana y me molesta mucho. Sin hacer ningún movimiento exagerado me siento en la cama vacía, mi esposo ha desaparecido.
O tal vez no. Un maravilloso olor a panqueques me guía hacia la cocina donde se encuentra él cocinándolos, sin camisa. Sexy.
- ¡Hey! Buenos días bella durmiente - dice mientras se acerca a mí y besa mis labios para después hacer lo mismo en mi estómago.
- ¿Qué horas son? -preguntó aun tallándome los ojos.
-10:49 amor, duermes como un oso en internación.
- ¡Hey! - el ríe mientras me ayuda a sentar en la barra, yo finjo enfado y después río. Alex me mira fijamente. -Dos preguntas: ¿por qué no fuiste al trabajo? y ¿por qué tan feliz?
-Ambas se contestan con una misma respuesta. Porque te amo.
-Qué lindo Alex, pero en serio. Recuerda que las cosas en tu trabajo no están muy bien y...
-Cariño, deja que yo me preocupe por eso después. Ya pensaré en las consecuencias... -se acercó más a mí y tomó mi cara entre sus manos - Ahora todo lo que quiero y necesito es que estés feliz y tranquila y todo este día me encargaré de ello.
-A veces siento que eres muy bueno para mí. O para cualquier otra chica. Eres el hombre más maravilloso de todos.
-Si Bree, soy el hombre más maravilloso y tremendamente caliente de todos. -hizo una cara de galán de novela mexicana y yo estalle en risas. Cuando logré calmarme el seguía mirándome fijo con una sonrisa en la cara. - ¿Cómo puede ser que después de tantos años siga perdidamente enamorado de esa risa, de esos ojos, de esos labios?... ¿De ti Bree?
Se fue acercando poco a poco a mí, mientras yo cerraba los ojos y esperaba ansiosa el momento en que sus labios chocaran con los míos. Lo cual sucedió justo tres segundos después (no crean que los conté... No, para nada... O tal vez sí). No llega a mi capacidad entender como este hombre me complementa de este modo, es simplemente inexplicable como incluso con su sola compañía me siento fuerte, viva, alerta y llena de felicidad... Pero, ahora que lo pienso ¿no le estaré dando mucho control sobre mí? ¿Qué pasa si él se va un día y me quita toda esa fortaleza y felicidad? ¿Y si me pasa lo mismo que a mamá con Frederick? Frederick, el hombre que se está muriendo...
Antes de que mi cabeza pudiera seguir maquinando y arruinando el beso de mi vida entera, oí dos vocecitas chillonas diciendo 'ew' lo cual no hizo separarnos...
-Espero que sigan diciendo eso de los besos hasta que tengan ochenta -susurró Alex haciendome reír.
-Olía a panqueques así que le dije a Miri que bajáramos a investigar pero después de ver eso no sé si mi pancita enferma pueda con ellos - la morena más pequeña entró por la puerta riendo por lo bajó, seguida de su hermana mayor quien fingía arcadas y se tomaba el estómago para después reír.
-Bien, como sus estómagos no pueden más, no habrá panqueques para ninguna de las dos - dije mientras su padre las cargaba a las dos, tan fuerte.
-No, no. Yo ya me encuentro bien. - se apresuró a decir Miranda con los ojos muy abiertos.
-Yo igual. -Asintió Hannah.
-Eso creí. -sonrió Alex mientras les daba un beso en la mejilla a cada una. Hice lo mismo y agregue un "Buenos días princesas". -Hoy estamos aquí, porque ayer su mami se sintió muy triste - agrego haciendo un puchero tierno, las ganas de besarlo eran incontenibles.
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Tu número ocho.
RomanceBree Zegers es la típica chica "cliché americano". Dulces dieciséis, popular, bonita, porrista... ya saben. Una noche, después de salir con uno de los miles de idiotas que salía y recibir un sermón de él, tiene un extraño sueño... o ¿pesadilla? Se...