Capítulo 2

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"Mi madre no quiere enviarme"

"Yo no quiero ir" —respondió con pesadumbre—. "¿Crees que es una misión que llevaría a cualquiera a la muerte?" —añadió la pregunta sin querer saber la respuesta.

"Estamos hablando de la Zona Roja, nadie logra entrar y volver para contarlo" —escuchó la contestación y su mente se quedó en blanco.

"La comandante también irá"  —Recordó, e intentó calmar su angustia.

"Y ella no cavaría su propia tumba" razonó finalmente. 

Camila se convocó a sí misma para estar al frente de la misión como muestra de confianza, ya que la iniciativa provino de ella, y demostraría que, si bien nadie parecía seguro de la decisión que había tomado, regresaría con Alessandro en sus manos.

—Normani, no me estás escuchando —reprendió su madre—. Deja de usar tus poderes y escucha, es importante.

La chica hizo a un lado sus pensamientos, sofocó el sonido de la voz que respondía en su mente y reprimió sus poderes. Luego sonrió con culpabilidad y centró su atención en la mujer frente a ella.

—Estás en la lista de posibilidades —informó, sus ojos se cristalizaron después de emitir las palabras y Normani se acercó rápidamente, estirando los brazos para limpiar las lágrimas que querían salir de los ojos de su madre.

—Mamá, hay más de cien hechiceros en esa lista, y solo escogerán cinco —Trató de tranquilizarla. 

Tan rápido como pudo recobró sus poderes, pensó las palabras que usaría y dejó que se plasmen en la mente de Dinah. Estaban bajo un hechizo que enlazaba sus mentes.

"Estoy en la lista, hay un pequeño porcentaje de posibilidades" —resaltó suavemente, esperando que su amiga la ayudara para que, no tan mágicamente, su nombre desapareciera de la lista.

Porque tenía contactos, muchos, muchos contactos... Un ejemplo de eso era la reina de Dark Woods, su madre.

"Mi madre teme por mi vida, conoce a Camila, podría asesinarnos a todos y no le importaría con tal de obtener la sangre de Alessandro" —mencionó, para apoyar la causa que el corazón de Normani estaba siguiendo en ese momento; dejar de latir.

La morena escondió su rostro detrás de sus palmas y soltó el aire de sus pulmones, Dinah no estaba ayudando.

"Ella hace lo mejor que puede" —La defendió, aunque no la conociera.

"Pero no lo hace bien" —respondió Dinah, sin dejar espacio para ninguna réplica.

—Esta noche los llamarán, mañana parten rumbo a Civitem, eso es lo que han dicho. —anunció su madre, juntando sus manos y apretando su agarre.

"Esta noche dan el aviso, ¿crees que tenga la mala suerte de ser elegida?"

"Realmente espero que no"

"¿Y tú?" — preguntó ella, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por un fuerte gruñido de lobo—. "Dinah, maldita sea, no quiero escuchar lo que tú"

"Bueno, yo si, me estás contando lo que tu madre te dice cuando podrías simplemente dejarme oírlo con tu propio cuerpo"

Normani dejó sus ojos en blanco y su madre la observó con mala cara. —Lo siento, es solo que... Dinah no deja de meterse en mi mente.

Su mujer rió comprendiendo a su hija, dejando de lado por unos segundos el miedo que sentía al pensar que en la noche anunciarían a los elegidos. No quería perderla, no podía despedirse de ella.

Normani se llevó una de sus manos a la oreja y se la tapó tratando de concentrarse, tenía que mantener una conexión fuerte y segura con Dinah para poder escucharla.

—¿Me está escuchando? —preguntó su mamá después de que su hija alzó su pulgar, demostrando que parecía haber funcionado.

"Si, lo hago" —Dinah respondió, sonriendo felizmente hasta que se dio cuenta de que no podían verla y dejó de hacerlo.

Normani asintió.

—¿Quien es el elegido allí?

"Solo sé que yo no soy un tributo"

Sonrió ante la respuesta de su amiga. Al menos una de los dos tenía los medios para quedarse en casa.—Ella no irá, Milika está demasiado aturdida con lo que ha dictado la comandante.

Normani, una hechicera Deagle, era apenas una aprendiz cuando se había escapado de casa para cruzar las fronteras, si un vigilante de Dark Woods la hubiera visto, estaría muerta, en cambio se encontró con un ser más curioso que ella, Dinah, quien también pensaba violar las leyes.

A partir de esa noche decidieron reunirse en secreto todas las semanas. Normani usó sus poderes para poner a dormir a su madre y Dinah saltaba desde la ventana de su alcoba horas después de que su madre se despidiera de ella.

Pero Milika notó el extraño comportamiento de su hija, que odiaba descansar, iba a la cama demasiado enérgica y feliz.

La Luna estaba pintando las copas de los árboles de Dark Woods cuando la siguió, y la encontró jugando con un charco de baba de Elfo junto con Normani, quien las encantó para que fueran impermeables a él, así regresarían a casa completamente limpias.

Les prohibió volver a verse y debieron guardar el secreto de su amistad hasta la muerte.

Pero Dinah y Normani no fueron las únicas que infringieron las leyes, porque Milika debería haber matado a la amiga de su hija esa noche.

Fue entonces, la última vez que se vieron, cuando Normani enlazó sus mentes. El cerebro se apoya en los órganos de los sentidos para reunir toda la información sensorial. Podían comunicarse a su voluntad cuando quisieran. Oír, oler y hasta ver lo que la otra si se daban el permiso.

—Dile a Milika que hable con Kiro —pidió Andrea, su madre.

"¿Para qué?" Dudó Normani en su propios pensamientos que fueron escuchados por su amiga.

"Para que no te envíen, duh" La voz de Dinah se apagó en su mente por unos segundos y finalmente agregó; "Dile que yo me haré cargo"

Porque con unas palabras de la reina, Kiro, la cabeza de Deagle, podría tachar el nombre de la joven de la lista.

—Esta bien, mamá. Le dirá a su madre —La mujer respiró aliviada y abrazó a Mani, en ese instante la joven le permitió sentir a su amiga la calidez del abrazo. Dinah se abrazó a si misma mientras sonreía, recibiendo desde la distancia aquel cálido abrazo.

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Pum! Segundo capítulo.

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