—Dinah, maldita sea, ¿qué estás haciendo aquí? —Normani reprendió a su amiga. La joven había abierto la puerta tras unos delicados golpes y sus ojos miraron con angustia a la mujer lobo. Si los vecinos la volvieran a ver, ¡sería un escándalo! Dinah sonrió incluso cuando la regañaron y luego sintió que su brazo fue agarrado con fuerza, siendo forzada a entrar a la casa de su amiga. —No deben verte. —susurró como si hubiera alguien queriendo escucharlos.
—Le dije a mi madre que estaría aquí. —contestó con una sonrisa divertida.
La hechicera siguió paseando por la habitación, parpadeando y luego, cuando procesó las palabras, abrió mucho los ojos con asombro, volvió la cara para mirar a Dinah. —Tus chistes no son divertidos. —murmuró antes de caminar hacia la cocina, Dinah sintió un fuerte golpe en su hombro y por un segundo se asustó, hasta que escuchó la risa de su amiga. Ella estaba usando su magia. —¿Realmente lo hiciste?
—Estaba enfadada porque... —Comenzó la chica de cabello ondulado, sentándose en el sofá con su trasero en el respaldo y su espalda en los cojines donde debería sentarse, bajó la cabeza para poder observar los movimientos de su amiga en la cocina.
—Lo sé, lo sentí. A veces tienes que mantener la boca cerrada. —murmuró Normani con simpatía, dejando escapar un suspiro.
Ambas habían sido parte de la reunión donde Milika, la madre de Dinah, la llamó para darle una charla, la cual terminó en una discusión. Su madre le recriminó sus acciones y tuvo el descaro de ofrecerle la sala de entrenamiento, que deseaba desde niña, si le traía la cabeza de su mejor amiga.
—Juro que estuve a punto de transformarme y morderle la cara. —murmuró, escondiendo su rostro detrás de sus manos. —¿Qué hubiera pasado si los soldados entraran a tu casa? ¿Ya no estarías aquí? —preguntó incluso sabiendo la respuesta. El dolor se alojó en su pecho y quería llorar por el miedo que había sentido al saber que podría perder a Normani.
—El hubiera no existe. —comentó Normani sonriendo, justo en ese momento dejó que la calma que ella sentía abrace el cuerpo de Dinah para eliminar la angustia de su alma. —Me salvaste. Aunque podría haberlo hecho yo sola. —añadió divertida.
—¿Crees que eres capaz de matar? —preguntó Dinah sentándose correctamente en el sofá. Dando toda su atención a las siguientes palabras de Normani.
—Por mamá, sí. Sobre todo sabiendo que no he hecho nada contra ustedes. No soy culpable del ataque al...
"Jardin de Closion" Continúo compartiendo palabras por su mente.
—¿Y por qué no lo dices en voz alta? —preguntó Dinah encogiendo los hombros y mostrando las palmas de sus manos en un signo de duda.
"Ya sabes, por prevención, no quiero que alguien escuche"
Dinah asintió.
—Mi madre puede ser tan terca a veces. —dijo después de unos segundos de silencio.
—Supongo que es una cualidad que los líderes tienen. —respondió al hacerse una imagen de su líder.
Todos parecían una copia barata del otro, tenía evidencia para respaldar su opinión, había tenido la oportunidad de conocer a otros líderes a través de Dinah, quien le permitió a Normani escuchar, ver y sentir las reuniones que tuvieron lugar en el castillo de Dark Woods.
—Creen que tienen el control total y que sus decisiones nunca se pueden cambiar. —murmuró Dinah indignada, incluso la Comandante, que dirigía todo el planeta, era idéntica al resto.
—Y lo tienen. —afirmó Normani en lo que fue un suspiro. —Sabes que ella no va a detenerse hasta tenerme en sus manos.
Dinah juntó las manos pensativa y Normani ocupó su lugar a su lado, apretando su muslo en señal de apoyo. Su amiga tenía razón, no había forma de detener algo que ya estaba establecido en la mente de su madre.
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Amhernus
FanfictionCamila, encargada de comandar un planeta, elabora una misión para eliminar a Alessandro para devolver la paz, sin embargo, la aparición de una joven dificulta toda su planificación. Ella jamás pensó que los sentimientos serían su mayor problema. Un...