Capítulo 3

16 3 0
                                    

Nos dirigimos al salón de baile. Hay muchísima gente bailando, riendo, hablando o incluso comiendo. Se parecía a las típicas fiestas de la realeza en las películas. Veía como la gente bailaba el vals sin importarles si lo hacían bien o mal, debí estar mucho rato observándolos porque cuando me gire, Alex ya no estaba. Empece a buscarlo, pero solo di con mi padre.
- Hola, mi niña ¿te está gustando la fiesta?
- No está mal la fiesta.
- Me alegro de que te guste, estás guapísima, bueno, te dejo porque tengo que reunirme con más personas - después de decirme eso se va y me vuelvo a quedar sola.
De repente veo a mucha gente reunirse en la entrada ¿Qué está pasando? Mi padre está preocupado. Yo intento ver entre la gente, pero no lo consigo. Se abren paso un chico un poco más mayor, alto y rubio, con las manos atadas delante de él. A su lado hay dos hombres que lo siguen muy de cerca y una mujer.
- ¡Carla! - exclama Elena.
- ¡Hermanita! ¿Qué tal?
- Muy bien, ya sacamos a Ángel de la cárcel. Y tu marido nos dijo que nos podíamos quedar en casa.
¿Había escuchado bien? Ángel se quedaría con nosotros, no sé de que me suena, me recuerda a alguien que conocí de pequeña.
El empieza a mirar a las personas que habían a su alrededor serio hasta que dió conmigo. Puso una sonrisa torcida y Alex y Hugo se giraron a mirarme, yo me encogí de hombros. Veo a Alex salir del salón enfadado y voy tras él.
- ¡Alex! - Sube las escaleras y se encierra en su habitación - Alex ábreme la puerta - como veo que no oigo respuesta sigo hablando - ¿Por qué saliste así de abajo? - Silencio - Solo quiero saber que te pasa para ayudarte.
Se abre la puerta de golpe.
- ¿Para ayudarme? ¿Tú? No creo que puedas.
Nos adentramos en su habitación y nos sentamos en su cama. Estamos en callados un buen rato y se echa a llorar, no esperaba esa reacción de él Alex que me desafío la primera vez que lo vi. Me acerco a él y lo abrazo, él duda al principio, pero después me lo devuelve, noto la calor de su abrazo recorrer todo mi cuerpo. Aún abrazados empiezo a hablar.
- Alex, no sé que te ha pasado, porque te has ido así enfadado, pero si no quieres contármelo o quieres que me vaya porque prefieres estar solo, lo entiendo.
- Quédate, yo... No sé qué me pasó abajo, creo que fue ver a Ángel, saber lo que hizo y ver como os habéis mirado. Ha sido remover el pasado y que encima ahora se tenga que quedar en mi casa.
- ¿Qué a hecho Ángel? Porque oí que había estado en la cárcel, pero ¿por qué? - Me separo un poco y lo miro.
- No soy quien para decírtelo, solo te pido que te alejes de él.
- ¿Cómo sé que me estás diciendo la verdad? ¿O solo lo dices por qué estás celoso?
- ¿Celoso? ¿De qué?
- No sé, dímelo tú, solo me dices que me aleje de alguien cuando a mí no me ha hecho nada.
- ¡Lo hago para protegerte! ¿No lo entiendes? Es peligroso, no puedo decirte por qué lo es, ya que eso te lo tiene que decir tu padre, pero por favor, hazme caso y no te acerques a él - veo preocupación en sus ojos y sé que está esperando una respuesta por parte mía, pero siento que no puedo dársela, no sé si podré cumplirla, pero al verle así asiento.
 Me da un beso en la mejilla, me guiña un ojo mientras sale por la puerta.
- ¡Espera! ¿Dónde vas?
- Voy a dar una vuelta, necesito estar un poco solo y que me de el aire - Me sonríe y veo como desaparece por la puerta.

...

Abajo otra vez, parece que nada hubiera cambiado, pero en el aire se nota diferente, como más denso. Alex hace rato que volvió de su paseo y se encerró en su habitación con Hugo y Ana.
- Hola, Gabriela, soy Carla, la hermana de Elena - me da dos besos - y este es mi hijo Ángel - veo que ya no tiene las manos atadas ni los escoltas, Carla parece darse cuenta de mi confusión - No te preocupes, no hace daño a las personas que le gustan - Mi cara debe estar peor que antes cuando añade - A Ángel le suelen gustar todas las personas, y cuando digo gustar, digo que le caen bien, pero cuando no le gustan... Bueno, eso no pasará ¿a qué no Ángel? - Ángel pone cara de niño bueno y le sonríe - Bueno, creo que me iré ya a la cama, os dejo que vayáis hablando.
- Un placer conocerte - Le digo amigablemente.
- Bueno, al parecer nos quedamos solos.
- Creo que yo también haré como tu madre y me iré a dormir, he hecho un viaje muy largo esta mañana y no me dió tiempo de dormir...
- Tú y yo sabemos que no te quieres ir aún.
- Ya... ¿Y qué te hace pensar en eso?
- La manera en que me miras - dejo de parpadear - Te queda bien el rubor en las mejillas - Se acerca más a mí - Y también porque si hubieras querido irte, ya lo hubieras hecho, pero te entra curiosidad conmigo.
- Crees mucho en ti ¿no?
- ¿A caso miento? - Le sonrío- Ven - Me dice tomando mi mano - quiero que veas algo.
Dudo un momento y pienso si debo ir o no. Alex me ha dicho que no vaya, pero a la vez quiero saber lo que quiere enseñarme.

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora