Ni yo misma sé porque estoy dudando, lo miro y solo veo a un chico de 20 años normal y bastante atractivo, sus ojos me atrapan y me ayudan a decidirme. No haré daño a nadie si voy con él. Y me viene otra vez Alex a la cabeza, pero él no tiene por qué saberlo, así que dejo de dudar.
- ¿Tienes miedo? - Me pregunta Ángel.
- ¿De ti? Nunca - y le cojo la mano, ese mínimo roce me hace sentir electricidad en nuestras manos....
Subimos las escaleras y nos dirigimos a la primera planta, pasamos por un pasillo hasta una esquina, allí había una puerta con más escaleras, yo intento grabar el camino en mi mente, porque la casa es tan grande que puede que me pierda en sus pasillos. No sé cuántas escaleras subí, pero acabé agotada. A lo lejos vi una escalera de madera y una puerta en el techo.
- ¿Qué hay allí? - y lo señalo con curiosidad.
- Es lo que te quiero enseñar.
Abre esa puerta y pasa, después me tiende una mano para ayudarme a subir.
Arriba veo un sofá pequeñito con una cama al lado y un gran ventanal arriba de la cama.
- Cuando era pequeño me tumbaba con mi madre aquí y admiraba las estrellas, eso me calmaba.
Se tumba y me indica que haga lo mismo.
Boca arriba se ven aún mejor las estrellas. Me toco el colgante que me dió mi madre en forma de estrella y una lágrima me resbala por la mejilla. Ángel debe notarlo porque se tumba de lado, me quita la lágrima y me empieza a acariciar el brazo. Noto que la temperatura sube por todo mi cuerpo. Me tumbó yo también de lado y nuestros ojos se encuentran. Sin dejar el contacto de su mano con mi brazo me atrae hacia él y me da un abrazo. Se separa solo un poco para que nos podamos volver a mirar.
Por mi cabeza se pasan mil ideas, veo como mira mis labios con una intensidad que no había visto nunca. Mis impulsos me dicen que lo bese, pero mi cabeza me dice que no. Empiezo una lucha interna que sé cómo acabará.
Sin miedo cojo la iniciativa y le doy un beso corto en los labios, me separo para ver su reacción, pero él se abalanza sobre mí y me empieza a besar apasionadamente. Tengo miedo porque nunca había sentido esto con un simple beso de alguien, esas mariposas en el estómago que hacen que todo se te tambalea, pero que quieres más y más y no puedes parar. Eso me pasaba a mí en ese momento, que no quería parar. El beso cada vez se hace más intenso. Tengo la necesidad de acercar mi cuerpo todo lo posible a él. Él empieza a besar mi cuello, mi mandíbula y vuelve a mi boca. Cojo mi camiseta y me la quito. Cuando voy a hacer lo mismo con la suya me coge de la muñeca haciéndome parar, lo miro confundida.
- ¿Qué pasa? - Le pregunto.
- Qué si seguimos no voy a saber parar, y no quiero que te arrepientas de nada por lo que podría haber pasado.
- ¿Cómo sabes que no quiero?
- No es que no quieras, si no dudo de los sentimientos que tienes por mí.
- ¿Eres consciente de que nos acabamos de conocer? Eres muy narcisista - Le interrumpo riéndome.
- En verdad no nos acabamos de conocer, ya han pasado 6 horas desde que nos hemos visto por primera vez.
- Bueno, si tú lo dices, pero tienes razón, al menos está noche no deberíamos ¿Me puedo quedar aquí a pasar la noche?
- Es mejor que te vayas. No creo que pueda aguantar tu promesa si te quedas aquí más tiempo. Se me están pasando por la cabeza mil cosas que hacerte. Pero lo dejamos para otro día - se me sube el rubor y me entra más calor de la que tenía - ¿no te gustó la idea? Te pusiste roja - se empieza a reír.
- Mejor me voy a dormir.
- Espera, espera ¿no te vas a despedir de mí?
Se acerca y me planta un beso, mis dedos se enredan en su pelo e intensificó el beso, él me sigue y me pega contra la puerta.
Me escapó de sus brazos, le guiño un ojo y me voy hasta mi habitación....
Allí en mi habitación empiezo a dar vueltas, me dejo tan desconcertada que no sé que hacer, no me puedo dormir.
Voy ha pegarme una ducha con agua fría
Me pongo canciones mientras el chorro de agua resbala por mi cuerpo. Tarareo las letras y bailo con el jabón. No sé cuanto tiempo estoy allí dentro pero acabo exhausta.
Salgo y me pongo mi pijama de Mickey Mouse rojo. Me tumbó en la cama y me tapo con todas las sábanas que hay. Empiezo a dar vueltas en la cama y a pensar en lo que ha pasado. De repente me viene a la cabeza Alex y lo que me dijo de Ángel. Me voy quedando dormida con la cabeza llena de su nombre, de Alex.
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Inefable
RomantikLa frase que siempre me ha dicho la persona más importante para mi es "Acuérdate de no confiar en las personas porque te pueden clavar una estacada cuando menos te lo esperes." Lo estaba cumpliendo hasta que se cruzó por mi camino y dejó marcas boni...