La Princesa y el Dragon (Goku x Diana)

Capitulo 11.

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Diana estaba sentada mirando por la ventana de su dormitorio a bordo de la Atalaya. Sus brillantes ojos azules miraron fijamente el orbe azul conocido como Tierra, ya que el hogar satélite de la Liga de la Justicia orbitaba el planeta. Normalmente, el Amazonas no era uno para cavilar. Siguió sus instintos y, con la mentalidad directa de su gente, atacó sus problemas de frente. Sin embargo, existen algunos problemas que deben manejarse con delicadeza. Goku, era un gran problema.

Goku, el Saiyan de una Tierra alternativa. El hombre que había puesto patas arriba a la Liga de la Justicia, pero de alguna manera se las arregló para permanecer en un segundo plano detrás de personajes como Superman y Batman. El artista marcial con la sonrisa inocente y contagiosa. Hace más de dos meses, Diana había aceptado sus sentimientos por el hombre. Un simple beso en la mejilla, el suave toque de la mano de Goku en la de ella, Diana estaba lista para ver a dónde podía llevar esto. Sin embargo, el Saiyajin siguió con su vida con normalidad. Hablaba con él siempre que podía, y los dos pasaban bastante tiempo juntos. Goku, sin embargo, nunca se acercó a ella. Nunca la tomó de la mano ni trató de tocarla.Era como si el hombre no se diera cuenta de lo que significaba ese beso todos esos meses atrás. Siempre que Diana intentaba hablar con él, como es habitual en la Liga, y se produce una emergencia, o los dioses no lo forman, una pelea con un enemigo que podría desafiar al Saiyajin. ¿No sintió él lo mismo por ella? ¿La veía solo como una amiga? Diana sabía que ese no era el caso. La forma en que la abrazó durante su baile en Gotham. La forma en que la miraba en esos raros momentos en que estaban solos. Diana había pasado suficiente tiempo en el mundo de los hombres para reconocer la atracción cuando la veía. Entonces, ¿qué lo estaba reteniendo? La frustración puso de mal humor al Amazonas.Hoy, ella ataría al hombre y lo colgaría boca abajo hasta que finalmente respondió a sus preguntas. La irritación se grabó en los rasgos de Wonder Woman cuando salió de su habitación en busca del Super Saiyan. En el centro de esa ira, estaba el frío nudo del miedo. ¿No sintió él lo mismo por ella? ¿La veía solo como una amiga? Diana sabía que ese no era el caso. La forma en que la abrazó durante su baile en Gotham. La forma en que la miraba en esos raros momentos en que estaban solos. Diana había pasado suficiente tiempo en el mundo de los hombres para reconocer la atracción cuando la veía. Entonces, ¿qué lo estaba reteniendo? La frustración puso de mal humor al Amazonas.Hoy, ella ataría al hombre y lo colgaría boca abajo hasta que finalmente respondió a sus preguntas. La irritación se grabó en los rasgos de Wonder Woman cuando salió de su habitación en busca del Super Saiyan. En el centro de esa ira, estaba el frío nudo del miedo. ¿No sintió él lo mismo por ella? ¿La veía solo como una amiga? Diana sabía que ese no era el caso. La forma en que la abrazó durante su baile en Gotham. La forma en que la miraba en esos raros momentos en que estaban solos. Diana había pasado suficiente tiempo en el mundo de los hombres para reconocer la atracción cuando la veía. Entonces, ¿qué lo estaba reteniendo? La frustración puso de mal humor al Amazonas.Hoy, ella ataría al hombre y lo colgaría boca abajo hasta que finalmente respondió a sus preguntas. La irritación se grabó en los rasgos de Wonder Woman cuando salió de su habitación en busca del Super Saiyan. En el centro de esa ira, estaba el frío nudo del miedo. Diana había pasado suficiente tiempo en el mundo de los hombres para reconocer la atracción cuando la veía. Entonces, ¿qué lo estaba reteniendo? La frustración puso de mal humor al Amazonas. Hoy, ella ataría al hombre y lo colgaría boca abajo hasta que finalmente respondió a sus preguntas. La irritación se grabó en los rasgos de Wonder Woman cuando salió de su habitación en busca del Super Saiyan. En el centro de esa ira, estaba el frío nudo del miedo.Diana había pasado suficiente tiempo en el mundo de los hombres para reconocer la atracción cuando la veía. Entonces, ¿qué lo estaba reteniendo? La frustración puso de mal humor al Amazonas. Hoy, ella ataría al hombre y lo colgaría boca abajo hasta que finalmente respondió a sus preguntas. La irritación se grabó en los rasgos de Wonder Woman cuando salió de su habitación en busca del Super Saiyan. En el centro de esa ira, estaba el frío nudo del miedo.