Capítulo 1

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El mundo mágico existía, desde el viento que soplaba para mover las hojas a capricho propio, hasta las estaciones del clima que eran creadas por espíritus. Cada estación del año tenía festividades, las cuales eran protegidas por criaturas mágicas, estos seres vivían exclusivamente para celebrar y alimentar la magia en los corazones de las personas.

Los seres humanos convivían todos los días con la magia sin darse cuenta, el simple hecho de soñar era debido a un ser mágico, la ciencia había atribuido ese regalo del creador de sueños a la actividad neuronal. La incredulidad de las personas volvía menos poderosa a la magia, en algún momento los seres mágicos comenzaron a ser simples cuentos para niños...

Peter detuvo su lectura cuando un ronquido resonó en el aula, el castaño dirigió la mirada hacia un alumno del fondo que apenas podía mantenerse en su asiento. Las risas de sus compañeros de clase explotaron haciendo que el profesor diera por terminada la lectura.

—Buena narración —halagó—, fue de los mejores trabajos que recibí.

La campana sonó haciendo que todos soltaran gritos de emoción y algunos suspiros de alivio, oficialmente las vacaciones de invierno habían iniciado. Peter estaba guardando sus cosas, listo para abandonar el aula mientras sus amigos lo esperaban.

—Peter, quédate un momento —lo llamó su profesor.

Los chicos se despidieron con un encogimiento de hombros antes de abandonarlo, el nombrado se acercó al escritorio mirando discretamente su reloj; el profesor Nolan no solía ser un hombre de pocas palabras.

—¿Has escuchado de la obra musical que organizará el increíble maestro de literatura?

El chico juntó sus cejas extrañado por la pregunta, apreciaba a su maestro, pero no eran lo suficientemente cercanos para hablar de otra cosa que no fueran temas escolares.

—No sabía que le gustara el teatro musical —comentó.

El señor Nolan era un hombre alegre a pesar de dar otra perspectiva siendo un grandullón de cabello afeitado y barba frondosa, inclusive el hecho de enseñar literatura le parecía a Peter algo que no iba con su apariencia.

—Es una obra en la que se recaudarán fondos —le explicó—, cada año participo y esta vez seré el organizador.

Peter asintió entendiendo la intención de su profesor, supuso que él estaba pidiendo de manera discreta que sus padres hicieran alguna donación.

—Mis padres viajan en esta temporada —dijo en voz baja—, pero podría darme información sobre la recaudación.

El hombre negó con la cabeza, soltando una carcajada nerviosa.

—Dos de los actores se fracturaron intentando usar mi motocicleta —explicó llevándose la mano a la nuca—, me preguntaba si estás interesado en interpretar al joven duende.

Las cejas de Peter se elevaron ante el ofrecimiento, no sabía si se sentía halagado u ofendido de que su maestro lo contemplara para el papel de un duende.

—¿No preferiría que hiciera una donación? Nunca he actuado, no creo poder hacerlo en una obra musical.

El hombre garabateó algo en una hoja, la extendió hacia el chico que lo miraba dubitativo.

—Tuve que convencer a mi sobrino prometiéndole que podría usar mi harley, pero en tu caso sé que lo harías porque es una noble causa.

El castaño sonrió de lado a sabiendas de que no podría negarse, finalmente tomó el papel con la dirección del centro cultural.

Nuestro muérdago secreto (Jack Frost x Peter Pan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora