Capítulo 3

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Los duendes y elfos jóvenes recibían entrenamiento durante años antes de poder trabajar fuera de la fábrica de juguetes, si sus habilidades eran grandiosas o hacían un gran mérito podrían pertenecer al escuadrón de Santa Claus. Las diferencias entre los duendes y elfos principalmente estaban en sus motivaciones; los elfos deseaban salir al exterior para dar rienda suelta a su espíritu libre, mientras los duendes tenían un arraigado compromiso con ser leales a Santa Claus.

Jacker era un elfo que deseaba salir al exterior, quería volar por el mundo para entregar regalos en lugar de fabricarlos encerrado en una aburrida fábrica. Petack era un duende que anhelaba ser parte del prestigioso escuadrón Dendrita Estelar, llevaba años intentando entrar a la lista de duendes excepcionales.

—Esta es la mejor noticia que he oído en años —dijo el elfo con emoción.

El duende lo miró escandalizado, llevándose la mano al pecho.

—¡Acabo de decirte que Santa Claus podría morir porque los niños ya no creen en él! —chilló—, ¿por qué te alegras?

El elfo se llevó la palma de la mano a la cara en señal de frustración, rápidamente se acercó al duende para tomarlo por los hombros y sacudirlo.

—¿No lo entiendes? Es nuestra oportunidad de impresionar al grandullón —dijo con una enorme sonrisa.

Peter tragó saliva pesadamente, sintiéndose intimidado por la altura y cercanía que mantenía Jackson debido a la escena que estaban interpretando.

—Si tú, si tú...

Desde los asientos del público, un exasperado pelirrojo se levantó para llamar la atención de Peter y Jackson.

Si tú lo sabes todo, dime cómo lograremos que los niños crean otra vez en la magia —repitió Carter por quinta vez.

Jackson continuaba sosteniendo a Peter por los hombros, su sonrisa tenía tintes de diversión y lograba que el castaño se pusiera más nervioso.

—¿Es necesario que Jackson me sostenga así? —preguntó Peter, interrumpiendo nuevamente el acto.

—¡Phil, enciende las luces! —ordenó Carter.

Nolan sonrió de lado, dejando que la estrella principal hiciera su rabieta para poder continuar con las actividades del día. El chico subió a la explanada agitando el libreto, ambos actores se separaron cuando el resto de las luces se encendieron.

—Entiendo por la incomodidad que estás pasando, sé que Jackson es desagradable —dijo de manera condescendiente—, pero no podemos cambiar la escena.

El insultado se limitó a rodar los ojos, estaba evitando caer en las incitaciones de Carter; sus dedos todavía dolían por el castigo de hacer mil copos de nieve.

—Los chicos todavía no están preparados para el ensayo técnico —intervino Nolan—, deberíamos posponerlo. En su lugar continuaremos con la escenografía y vestuarios, estamos retrasados.

El resto de los voluntarios miraron al director con preocupación, trabajar en la escenografía el día anterior había sido una pesadilla debido a los nuevos elementos que se habían sumado.

—Tus duendecillos destruyeron más cosas de las que hicieron —dijo Carter, dándole voz al pensamiento de los presentes.

—Elfo —lo corrigió Jackson—, somos un elfo y un duende.

El hombre se rasco la espesa barba, intentando encontrar una solución para que su sobrino no terminara siendo estrangulado por el protagonista del musical.

Nuestro muérdago secreto (Jack Frost x Peter Pan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora