O. Opposite

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-Masahiro-chan, ¿cómo te...?-Empezó una mujer rubia mientras tocaba y entraba a su departamento quedándose callada por la escena enfrente suyo-Usted... Qué... ¿Qué le pasó?

-Eso es lo que me pregunto yo, que pésimo servicio de su parte, tuve dos horas desperdiciadas en un pésimo estado, jamás será recomendada por mi ni ninguno de mis colegas-Soltó el hombre con mucha ira en su ser.

Y es que no era para menos.

El hombre estaba atado, con la camisa puesta totalmente destrozada, su corbata en la cabeza y solo con ropa interior ya que tanto su presa como sus pantalones habían desaparecido por mucho que los buscó una vez que se despertó y pudo librar un poco del agarre.

La mujer no sabía que sentir por el shock, pero cuando el hombre salió con enojo pasando a un lado, algo en ella se desbloqueó y entendió la situación, por lo que se desató la furia de la rubia quien entró de forma brusca a encarar a su hijo.

No fue difícil encontrarlo, lo cual raro ya que su cliente había batallado en hacerlo.

Este estaba vestido como siempre, sentado en la barra esperándola de brazos cruzados con la mirada seria sin reflejar ninguna emoción.

Megumi bufo ante tal acto y negó con la cabeza con una sonrisa sínica.

-Asi que has escogido tratar mal a los clientes y, de paso, lastimar a tu amado profesor, Masahiro-chan.

-Deja de tratar manipularme-Habló Masahiro de forma directa y sin rodeos-Yo ya no soy más tu juguete. Sé muy bien que eres mi madre, pero solo de nombre, jamás has actuado como tal y no tienes ningún derecho de amenazarme, no más.

-¿Ahora actúas agresivo y rebelde? Estás condenado, querido.

-Me da lo mismo-Soltó el ojiverde bajando de la barra y tomando unas maletas cerca-Me voy, ya no quiero seguir con esto.

-No vuelvas entonces, vete de aquí, lo lamentarás.

-No, eres tú quien lo hará mamá, por meterte en una guerra que no puedes ganar.

-¿De qué hablas?-Cuestionó Megumi confundida por aquellas palabras.

-De que la denuncia que le advertí, acaba de ser procesada y levantada en su contra-Intervino un pelinegro en medio de las sombras.

El hombre de cabellos oscuros salió de su escondite poniéndose al lado del ojiverde quien le sonrió con tranquilidad.

Este traía su celular en mano colgando la llamada realizada viendo de forma fija a la contraria quien se echó para atrás un momento al ver a aquel hombre.

-Setagawa Megumi-san, vaya que es todo un caso lidiar con usted.

-Oshiba Kousuke-san, vaya que sigues fiel a mi hijo-Habló la mujer manteniendo la calma tratando de lucir segura-Además, me enteré que no quieres a mi hijo solo de forma amistosa, ya se que eres su amante y que tuvieron una relación.

-Lo fui-Admitió el pelinegro con algo de vergüenza-Pero poco importa eso, usted es la que estará contra las rejas ya que quien ha lastimado a Masahiro es usted, no yo.

-Eso crees tú, cuando mencione que estás con un menor de edad de tu misma escuela te quitarán como profesor, tengo pruebas.

La mujer abrió su billetera, sacó una pequeña bolsa y mostró una memoria que dejó paralizado al rubio.

Megumi noto aquello por lo que sonrió y rio mientras mantenía la memoria al lado de su rostro demostrando su victoria, o eso intento hasta que otra voz detuvo su risa.

-Pruebas que podrán ser refutadas.

La mujer se calló enseguida sintiéndose muy confundida por unos instantes, hasta que pudo ver a un tercer sujeto colocándose del otro lado de su hijo.

There's a thin line between LOVE... And HATE...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora