Tredici.

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Tenía a Jung YoonOh enfrente de mí, comiendo despacio su gelatina de uva mientras hablaba en cortos lapsos de tiempo. Observé mi postre y seguía intacto, después de esa peculiar sonrisa de agradecimiento ambos guardamos silencio.

Vi como se acomodaba en la silla- Mmmm, perdón por no hablar o algo así. N-No quiero que pienses que m-me caes m-mal.

-No necesitas aclararlo YoonOh, todo está bien -le dije-. Tengo entendido que sigues siendo muy tímido -reí levemente. Él se cubrió sus mejillas.

-Y-Yo... -dijo, pero antes de terminar calló. Lo observé intuyendo lo que diría, me hice un poco para atrás observando la hora en el reloj.

Ya tan rápido serían la 1:15.

Y yo tenía que irme a hacer mis tareas pendientes.

-¡La cuenta por favor! -dije ansioso.

Estar en el mismo lugar que YoonOh no me molestaba, ni me sentía incómodo. Pero él es un autor en incógnita, y su identidad ya se expuso mucho por mi culpa.

Noté una pequeña sonrisa triste en mi acompañante, no pude no evitar sentirme mal.

-¡Y-Yo quiero conocerte más! -gritó- E-Esperé mucho, y n-no p-pienso dejar ir de nuevo mi oportunidad de conocerte -. Su cara estaba roja, no me observaba y su mano estaba sobre la mía; por inercia las quitaría.

"Que lindo" -pensé.

-Sé que soy un extraño, y no sé de dónde estoy sacando toda la valentía para poder expresarte lo que pienso. No te estoy pidiendo una cita ni nada por el estilo, solo... -me observó directamente a los ojos-, solo quiero conocer a la persona que me inspiró a seguir adelante.

Me quedé sin palabras, parpadeé muchas veces comprendiendo lo que acababa de suceder.

Volteé a la ventana porque sentí la mirada de alguien, atrás de los arbustos del restaurante estaba Sicheng y Mark quien aún tenía hojas de árbol en su cabeza; ambos levantaron sus pulgares.

-¿Te han dicho que te ves muy lindo cuando dices todo muy rápido? -le dije.

-Mi abuela me lo dice mucho -comentaba nervioso.

"¿Por qué no? Doyoung, el chico que tienes en frente escribió un libro inspirado en ti, hizo todo lo posible por vencer un poco su timidez y entablar una conversación sana contigo" -repetía mi conciencia.

Estoy agradecido con YoonOh, y de cierta forma me siento algo mal por no recordar al menos un poco de él.

Seguramente Kun me diría que hiciera caso a lo que dijese mi cerebro, y Woo estaría en contra comentando que el corazón es el mejor instructor para las buenas decisiones.

Bueno, mi corazón se enamoró del chico equivocado, yo no lo veo buena decisión a eso.

-Podemos salir más días, o si gustas conversar -le dije-. Entre la universidad y el trabajo me quitan mucho tiempo libre; pero puedo hacer un hueco en mis horarios para salir y conocernos. ¿Te parece?

El chico del broche de pingüino. | JaeDo. ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora