Sedici.

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Advertencia: Capítulo largo, con posibilidades de llorar porque me puse muy sensible al escribir esto. 

🍒

El sábado fue tan esperado por ambos chicos que su hora de reunión fue a las 10 de la mañana, estaban alegres pero igual se daban ánimos ya que ellos lo consideraban un verdadero reencuentro después de años.

Doyoung ni siquiera le dijo a Mark o a Sicheng, solo le avisó a Kun que saldría pero no sin antes haber sobornado a su amigo ya que él solía contarle todo a Mark. JunMyeon le dijo que tuviera mucho cuidado y que si necesitaba salir de allí cuando se sintiera incómodo que le avisara e iría por él de inmediato. Jungwoo lo ayudó en escoger la ropa que llevaría.

Del otro lado, YoonOh estaba decidido a también hacerse un ligero cambio pero de nuevo quiso solo usar sus lentes, le pidió a JeongYeon que acomodara su cabello de forma que no se viera la frente y por ende sus ojos; pensaba que su hyung no merecía ver lo oscuro y vacíos de estos. JiHyo y Lucas le daban bastantes ánimos, JeongYeon lo peinaba como mejor podía y Dahyun le leía el plan que tenía para ese día.

Sana no podía estar con él debido a que viajó a Japón, pero por mensajes le deseaba mucha suerte y que se divirtiera mucho. Sabían que el menor estaba muy desconfiado de lo que pasaría; incluso no pudo dormir porque aún no asumía que Doyoung le hablaba; no caía en la realidad de que después de mucho tiempo se reencontró con aquel niño que siempre deseó conocer más.

Tenían planes muy distintos, escogieron caminos que nada que ver, conocieron a más personas y aún así los dos coincidieron una vez más, ¿obra del destino? o ¿una mera casualidad?; Sea lo que sea, gracias a una oportunidad volvieron a verse y esta vez no buscarán separarse.

Doyoung quería saber más del niño tímido que leyó, en realidad, le encantaba la idea de poder saber las ideas y los pensamientos del menor; conservaba la sonrisa de YoonOh en su mente; sabiendo que cada que cerraba los ojos estaba esa peculiar escena que lo hacía sentirse feliz. ¿Y cómo no estarlo? Doyoung era decidido, y de algo que estaba dispuesto a hacer era que su peculiar amigo de infancia se llenara de confianza de sí mismo.

Mientras YoonOh lo único que buscaba era ser cercano a Doyoung, y aclarar las locas ideas de su cabeza que lo rodeaban cada que hablaba con su mayor, la mente de YoonOh es muy compleja, llena de pensamientos diferentes y peleas internas con sus constantes dudas. Él razonaba acerca de si era buena idea acercarse con la intención de ser su amigo, si bien sabía que esa chispa que guardó hace años volvió a encenderse cuando lo vio. Su corazón le gritaba internamente que esta vez intentara conquistar al mayor; le insistía una y otra vez en que no se guardara sus sentimientos y los dejara fluir.

Pero ese no es el problema principal, Jaehyun temía que si dejaba llevarse por su corazón fácilmente su hyung podría asustarse y alejarse; y ahí sí ya no habría marcha atrás. Se propuso firmemente en que conocería a Doyoung de nuevo, sería una vuelta de hoja en su vida y borraría los sentimientos del pasado.

Solo así confiaba en su capacidad para hablar y no arruinarlo.

JeongYeon le indicó que su cabello ya estaba, el menor miró al espejo y observó que su amiga le había echo unos rizos bastantes pronunciados, tanto que se impacientó por ver a su amigo. Lucas le dijo la hora, JiHyo le pasaba su mochila con sus cosas y también le extendía una sudadera para el frío.

Esos rizos te quedan de maravilla Jae —comentó Dahyun desde su lugar—. ¿Listo para irte?

YoonOh se miró al espejo una vez más y dudando un poco de si estaba haciendo lo correcto procedió a quitarse sus lentes y ponerse los de contacto, ya contento y sin mover nada de su cabello asintió. No sin antes ponerse un poco de perfume y agarrar su celular. Observó a sus amigos, ellos alzaron sus pulgares, Lucas caminó hasta donde estaba y lo tomó de los hombros— Vamos YoonOh, ¡Tú confía en ti! —finalizó con una sonrisa.

El chico del broche de pingüino. | JaeDo. ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora