Capitulo 2: Un plan perfecto

18 4 27
                                    

Estados Unidos, Washington D.C. Viernes 13 de septiembre 6:30 p.m.

Al llegar a mi casa me estacioné, y encontré a la señora Duncan , mi vecina, una adorable viejecita que vivía en la casa de al lado desde que me mude a aquí, en mi jardín. Apenas me vio me saludó.

-Hola querida, que hermosa estas, mira regué tus plantas, las pobres ya se estaban marchitando.

Sinceramente, ya se me estaba haciendo tarde, pero esa mujer siempre se había preocupado por mí, y no podía ser grosera.

-Muchas gracias señora Duncan, muchas veces ni se donde tengo la cabeza y se me olvida que existen las pobres.

-De nada querida; a propósito vino ese novio tuyo tan guapo a buscarte, creo que está adentro ¿como se llamaba? Elías, no, Eduardo, tampoco...

-¿Eliot?

-¡Si!- casi salta de alegría- ese, Eliot, tu novio es muy guapo, debes cuidarlo.

Sonreí, de verdad adoro a esta mujer

-Señora Duncan, ya le he dicho muchas veces que él no es mi novio, solo es un amigo.

- Un amigo que está muy bueno y sexy querida, dale un beso de mi parte quieres.

Sonreí por segunda vez, miré el reloj, ya se me estaba haciendo tarde.

-Bueno Señora Duncan, le agradezco lo de las plantas y le diré a MI AMIGO Eliot que usted le manda un beso, hasta luego Señora Duncan, me encantaría seguir charlando, pero...

-Tranquila querida, ve y diviértete.

Asentí y casi salí disparada hacia mi casa; si la señora Duncan decía la verdad, Eliot ya debía estar esperándome, y yo todavía ni siquiera me arreglaba.

Cuando entré a mi casa todo estaba en penumbra, ya eran casi las siete. Cuando cerré la puerta, sentí un delicioso aroma en la cocina, definitivamente Eliot estaba aquí, a él le encanta cocinar.

-Eliot- lo llamé, entonces salió de la cocina junto con su natural cara de culo y un sartén en la mano.

Si, Eliot tenía un don para parecer enojado todo el tiempo, todo él gritaba PELIGRO; incluso muchas veces llegaba a asustar a los demás, y mejor ni les cuento como es cuando está enojado, no lo quieren saber.

-Hasta que llegas- si, tampoco era la ternura hecha persona- apúrate, ya son casi las siete.

-Lo se, me entretuve en el parque y luego hablé con mi vecina.

- ¿Tu vecina? ¿La que dice que soy el ser más sexy del planeta?

- Si, esa. Voy a ir arriba a cambiarme- me dirigí a las escaleras y subí hasta la planta de arriba, entre a mi cuarto, quería ducharme, así que me quite la ropa, incluyendo mi peluca, me ayuda a parecer alguien "normal" para las personas y mantener un bajo perfil; nadie puede saber nada de mi en este mundo.

Cuando sali de la ducha me puse un legins negro, junto a una camiseta y zapatos del mismo color, nada muy complicado, igual, me voy a cambiar.

Metí dentro de una maleta todo lo necesario para el trabajo de hoy, desde mi identificación falsa hasta el atuendo de esta noche.

Al bajar las escaleras Eliot ya me estaba esperando. Apenas me vio, hablo.

- Es hora-dijo mientras me tendía mi abrigo para que me lo pusiera- vamos, debemos encontrarnos primero con el equipo.

Salimos de la casa directo a su auto, un Ford Fusion, y nos dirigimos hacia nuestro lugar de reunión.

Un búnker debajo de la tierra a la mitad del bosque que Sebastián hace años se lo compró a un loco de esos que creen que el fin del mundo se aproxima.

La Dama BlancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora