Estados Unidos, Washington D.C. Viernes 13 de septiembre 8:50 p.m.
El trayecto del búnker al casino fue largo, pues teníamos que salir de lo profundo del bosque a la ciudad, ya eran las 8:50 p.m. Faltaba poco para que llegara el camión y nosotros aún no estábamos en el hotel.
-¿Cuánto falta para el casino?- le pregunté a Eliot, que el que estaba conduciendo, a paso de tortuga por lo visto.
-Dos manzanas- maldita sea, ya me estaba impacientando, y al parecer Eliot lo noto- Tranquilízate amor,vamos a llegar a tiempo, calma.
-Ahórrate eso para el hotel- le dije ya desesperada.
-Vamos Angéla, si vamos hacer esto, vamos a hacerlo bien; trata con más cariño a tu muy amado esposo.
Ya se porque es el mejor amigo de Sebastian, a veces con su cara de culo y su actitud de mierda se me olvida eso.
-Si amor, es que ya quiero llegar al hotel, sobre todo a la habitación, quiero quitarte ese traje porque estas para follarte hasta que me dejes seca- le digo mientras lo miró con ojos soñadores- ¿Así o quieres que sea más explícita?
-No, asi esta bien amor, gracias-me contestó con una sonrisa socarrona. Ahg, detesto estos papeles de esposos, son tan melosos que me dan diabetes.
-Oigan ¿saben que los escuchamos, verdad?, si voy a tener que escuchar esas guarradas toda la noche para que la gente les crea que si son esposos, diganme de una vez y me mato aquí mismo- dijo la voz de Sebastian interrumpiendo, como siempre.
-Callate la boca o yo seré la que te matara- se escuchó la voz de Cara por el audífono.
Confirmado, no era la única con instintos asesinos hacia Sebastian.
-Callense los dos y concéntrense en su trabajo- dije para que, Sebastian sobre todo, me escuchara- James ¿cómo vamos?
-El camión ya se estaciono, proceden a bajarse dos hombres armados para abrir la parte de atras del camion.
-Y nosotros ya llegamos- anunció Eliot- hora de actuar amor.
Aquí vamos.
Eliot bajó del coche para abrirme la puerta, me ayudó a bajarme del auto y le entregó las llaves al botones. Cuando cruzamos las puertas giratorias del hotel una linda recepción blanca y dorada nos esperaba del otro lado. Todo en este hotel se veía muy caro desde el piso de mármol, los muebles blancos, hasta el hombre recepcionista con peluquín. Avanzamos por la recepción hasta llegar al hombre para registrarnos.
-Buenas noches, bienvenidos al hotel Royals, ¿en que puedo ayudarles?
-Buenas noches, tenemos una reservación a nombre de el señor y la señora Sparks- dijo Eliot mientras yo lo cogía de la mano y me dedicaba a mirarlo como esposa enamorada.
-Identificaciones por favor- ambos sacamo nuestras identificaciones, falsas, obviamente y se las entregamos al señor del peluquín.
Mientras el hombre hacia algo en la computadora, me dispuse a registrar los alrededores del hotel; y tal como dijo James, cuando voltee a ver la puerta del casino habían dos guardias, uno de ellos dormido mientras el otro tenía una expresión impenetrable, todo estaba bien, la seguridad de aquí era muy buena, lo explicaba que también habían algunos guardias paseando por ahí.
-Listo, muy bien señor y señora Sparks, su habitación es la 511, quinto piso a la derecha; recuerden que nuestros servicios incluyen servicio al cuarto, masaje y entrada al casino Royals por la parte sur del hotel, pueden seguir- mi esposo y yo asentimos con la cabeza y nos dirigimos hacia el elevador que nos señaló el hombre que nos llevaría hasta nuestra habitación.
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La Dama Blanca
ActionAngèla Beaumont. La Dama Blanca. Dos caras de la misma moneda. Angèla Beaumont es una joven normal, independiente, sin ataduras, trabajadora; a simple vista una simple y sencilla mortal ¿No les parece? Lo que poca gente sabe es que esta linda chica...