┃Intervención II

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┃┃┃  .     .     .     .  ┃〔 26 / 03 / 1885 〕┃

A punto de iniciar una guerra, se podía encontrar a El Salvador dentro de una pequeña carpa militar a las afueras de su frontera con Guatemala, sentado en un taburete, con la cabeza hundida entre sus brazos, tapando el mapa de la pequeña mesa. Con el tema de las alianzas y la pedida de ayuda externa apenas le llegaba la noticia de que en los Estados Unidos declararon que cualquier ataque a sus compañeros, Costa Rica y Nicaragua, sería percibido como una enemistad, además de la llegada de soldados estadounidenses a la zona, dejándolos a ellos completamente protegidos y a él como un blanco perfecto para invadir, desilusionando por completo al azulado y su población entera.

¡Hey! —entró de la nada dando un grito el país del águila a la misma carpa, encontrando a quien estaba buscando en un estado completamente deprimente.

¡Ay 'jueputa! —maldijo inmediatamente el azulado con un sobresalto.

Si es un mal momento me retiro, no hay problem-

No, no, solo me asusté —volteó a verlo negando con la cabeza repetidas veces para no ahuyentarlo, pero al darse cuenta de su aspecto deplorable se enderezó y trató de arreglarse un poco—. ¿Qué hace aquí?

El mexicano según el plan debería estar en su propia frontera con Guatemala y no en la frontera de salvadoreña-guatemalteca. Recibiendo una seña de pase el mexicano decidió adentrarse y plantarse en frente del centroamericano, con un pequeño gesto de inseguridad al explicarle la situación.

Solo tenía que venir para informar que sucedió un, uhm, pequeño altercado con el gringo.

Ni siquiera lo menciones, me quedé más desprotegido que una perla de almeja abierta —mostrándose frustrado primero, el centroamericano trató de mantener la calma, levantándose despacio—. Pero al menos usted está aquí.

—Sí, eso —carraspeó, comenzando a dudar de si lo que iba decir era completamente necesario—. No lo quiero alarmar, pero en realidad veía a decirle que USA me está amenazando con sus soldados en nuestra propia frontera y dice que no los quitará hasta que aleje mis tropas de Guatemala.

¿Cómo? ¡Pero se supone que está de nuestra parte! —alterándose nuevamente pudo sentir a ese gran peso subir por su espalda.

El Salvador cayó rendido a su silla por segunda vez, viendo venir que tendría que ingeniárselas solo una vez más.

No realmente, solo protege sus intereses y propiedades en el extranjero, solo que en ti no tiene algo que merezca el sacrificio.

No puede ser que tenga forma de apoyar dos bandos contrarios —claro que había forma y lo decía sabiendo, únicamente todavía se negaba a aceptarlo.

Créeme, desde mis peleas con Guatemala se vio perfectamente cómo desea los beneficios marítimos de ayudarlo.

Suspirando se llevó las manos a la cabeza, acabando en la posición inicial, aquella que tenía antes de que llegara el mexicano. Después de su bajón de nuevo trató de levantar la cabeza, para tan siquiera dirigirle la mirada al aguilado y poder hablar correctamente, o más bien, despedirse.

Está bien, yo veré qué hago, no se preocupe.

¿Qué? No, no —negó con la cabeza un par de veces mientras tomaba el asiento más cercano al salvadoreño—. Solo tenía que avisar, pero no pienso quitar a mis soldados. Usted trate de pelearlo y aunque pierda un par de veces siga tratando, cuando estén por anexarlo me veré en la necesidad de actuar así reciba las consecuencias después, ya sea con Guatemala, Honduras o el güero desabrido —miró al menor y tratando de levantarle los ánimos le brindó una cálida sonrisa.

Oh, eso ¿es en serio?

Le asintió.

La verdad muchas, muchas gracias, usted se convertirá en mi último recurso —el salvadoreño le devolvió una sonrisa calmada, expresando su alivio.

No hay de qué, para eso están los amigos.

Entendiendo los problemas que podrían haber, solo quedaba su esperanza en un golpe bajo para los guatemaltecos y el control de la situación que pueda tener el salvadoreño. Solo se quedaron así durante un par de minutos, en un silencio que a pesar de la situación no era para nada tenso; era el mexicano mirando atentamente al salvadoreño y el mismo despejando sus estresantes pensamientos con los ojitos entrecerrados.

𝕽𝖊𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖆𝖓𝖉𝖔▕  México × El Salvador ೃೀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora