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La muñeca maldita

Cabeza de porcelana y rizos rubios,

con una perturbadora belleza que la define;

sentada en los más finos cojines,

vestida de seda y encaje.

-Que absurda la elegancia en sus ropajes
para estar presa entre paredes de vidrios.

Tallada en su rostro vive la locura

cual pequeña niña malcriada,

permaneciendo a oscuras, triste y olvidada,

en un rincón de penumbras;

solitaria, deseosa de un cuerpo

como la hija de la maldad más pura...

-¡No la mires a los ojos!

O su expresión de burla te hará temblar.

-No debes abrir la jaula de cristal,

ella espera paciente a que lo hagas.

-¡No! ¡No caigas! No dejes que la curiosidad te venza.

La maldición será la sentencia para aquellos que pecan,

y, cuando tu alma ya no te pertenezca,

desearás no haber liberado a la pequeña muñeca.

Sueños de tinta negra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora