Las ocho citas

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Off agarro el folder y se lo tendió al más bajito, quién con una expresión triste, lo sostuvo mientras sus manos temblaban.

—Ahorrémonos los abogados Gun, te quedarás con todo, está casa, la de verano, acciones en las que he invertido, ahorros, la mitad de las tarjetas de crédito las cuales seguiré liquidando, tendrás los carros, sé que el mío no te servirá de mucho pero puedes venderlo, te seguiré cubriendo el seguro médico, el 45% de mi salario será para los niños y el 5% para ti, tengo derecho a ver a los niños al menos un día a la semana y en las vacaciones de verano se quedarán conmigo, si crees que algo hace falta solo dilo y lo anexaremos— comentó Off tomando nuevamente del wiski.

Gun no tuvo otra opción más que tomar asiento en uno de los sillones, su mente se quedó en un completo transe por varios segundos, cuando decidió revisar los papeles, se dio cuenta sin duda alguna que era un acta de divorcio.

En la cual venía estipulados todos los bienes que le correspondían, por alguna razón era lo que menos le importaba en ese momento, el dolor en el pecho y el sentimiento en la garganta los superaban, Gun se agarró la frente con unas ganas inmensas de soltarse a llorar.

—Off, es que... -—Gun trago saliva.

—¿Divorciarnos? ¿Es lo que quieres? ¿Y, Y los niños? ¿Cómo, como, les vamos a explicar esto? —interrogo el castaño entre lágrimas.

—Esto ya no tiene arregló Gun, lo sabes, lo sé, respecto a los niños encontraremos la manera correcta de hacérselos saber—Off miro a los ojos al castaño, a pesar de que le vio con la nariz roja y los ojos hinchados, no expresó nada en su mirar, como si fuera algo normal y sin valor alguno.

—Pero, son ocho años, llevamos ocho malditos años ¿¡Eso no importa!?— sollozo el castaño mientras se limpiaba las lágrimas con las manos.

—Gun, ya basta, no te hagas esto— menciono el alto hincándose para estar a la altura de Gun, posteriormente lo tomo de la mano.

—Esto no fue tu culpa, hiciste lo que tenías que hacer y no pudiste hacerlo mejor, el único culpable fui yo por no haber podido sobrellevarlo—volvió a comentar Off sujetando con fuerza la mano de su aún pareja, el susodicho no podía mirar a los ojos a Off, por alguna razón no paraba de llorar, ni si quiera era capaz de formar una oración coherente, el daño que le provocaba toda esa situación le impedía opinar con claridad.

—Vete de aquí, Off, no firmaré esa mierda ahora—gimoteo Gun quitando su mano con velocidad.

—No tienes que hacerlo ahora solo llámame cuando

—¡LARGO DE AQUI MALDITA SEA! — grito enfurecido el menor mientras se levantaba del sillón y se dirigía a la puerta, luego la abrió indicándole al pelinegro que debía marcharse. El antes mencionado solo dio un respiro y camino hacia la puerta, estaba por decir algo más hasta que Gun la azotó la misma la cara. Off deseaba tocar nuevamente, más supo que lo mejor era dejar que su esposo pasará tiempo a solas.

Gun lleno de ira y tristeza comenzó a tirar varias fotografías donde estuviera junto a su esposo, luego tomo los retratos de las mesas la mayoría fotografías de su boda y las lanzo con rencor hacia la pared.

Cuando ya no había fotografías, subió a la alcoba parar tirar toda la ropa de Off, también se quitó el anillo, lanzándolo por la habitación, rompió todo lo que pudo que tuviera que ver con su marido, estaba tan mal que le llamo a su madre, le explicó la situación con la intención de que no llevará a los niños, más muy al contrario está si los llevo a casa.

Los niños no hicieron preguntas, tenían tanto sueño que fueron a dormir, la madre de Gun se quedó con él, abrazándolo mientras lloraba, así se quedaron hasta que simplemente se quedó dormido.

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