Antídoto para el corazón

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Tay se hallaba sentado frente a la barra, el ídol había sido regañado por Gun esto por la pelea que tuvo con su grupo, cuando la reprenda paso, un silencio incómodo se hizo presente entre ellos.

—Te quiero, como algo más— el peli naranja no titubeo en decirlo.

Gun apartó la mirada incrédulo.
—Estas confundido

—No, no lo estoy

—Si lo estás ¡Tay no tienes idea de lo que...

Tay se inclinó sobre la barra y de manera repentina beso al mayor en los labios, fue muy corto y para nada profundo.

—No Gun, estoy seguro de lo que siento, no me trates como un niño, no lo soy, no me interesa si estás divorciándote, si tienes hijos o si eres mayor, me gustas ¿Por qué te sorprende tanto? Eres maravilloso— sonrió el menor volviendo a tomar asiento en el banco.

—Pertenecemos a mundos diferentes, yo estoy en casa cuidando de tres niños y tú en un escenario.

—Eso no es ningún impedimento solo quería expresarte lo que siento, sé que es muy repentino, tampoco te pediré que salgamos; estás pasando por una etapa de divorcio y no hay prisa, quiero disfrutar de cada paso—finalizó el menor mientras miraba como Gun parecía estar embobado en la miel que desprendían esas palabras.

Tay sonrió. —Lamento haber llegado así, necesitas descansar, mañana empiezan las prácticas para tu presentación del viernes—aseguro el musculoso sonriéndole al mayor.

Gun se quedó un rato congelado se le había olvidado por completo —No estoy seguro si pueda hacerlo.

—Lo harás bien, todo lo que necesitas es tu voz—el menor acarició la mejilla del peli rosa.

—Traje una canción para ti, la escribí y compuse, pero no permití que saliera en nuestro álbum ya que no considere que alguno de nosotros pudiera entonarla como deseaba.

Tay saco su teléfono y le mostró al mayor una carpeta la cual le enviaría por email. Gun leyó el nombre.

—Lost in the dream—Gun dio una sonrisa ladina. —¿De verdad quieres que yo la cante?

El peli naranja sonrió —Por supuesto, de alguna forma está hecha para ti— el menor miro como a Gun se le iluminaban los ojos.

Tay se inclinó nuevamente en la barra para plantarle otro beso a Gun, este le correspondió dulcemente.

Su contacto duro un buen rato, había sido tan único, noble y cálido, que expresaba, el amor prematuro entre dos personas que habían sido heridas en el pasado y ahora se sanaban una a la otra con un beso que ejercía como un curita en el corazón.

—Gun besas increíble—sonrió Tay coqueto al tiempo que volvía a pegarse al otro, Gun también disfruto de aquella unión, era tan hermoso que le calcinaba y arrebataba los sentidos.

Estuvieron así un buen rato hasta que tuvieron que separarse ya que Tay se retiraría por ese día; Gun lo acompaño a la puerta.

—Tú también besas excelente Tay—agrego el mayor pegando sus labios con los ajenos.

[...]

—Mi amor no te desabotones la camisa- sonrió el peli rosa viendo a Win incómodo con su outfit de etiqueta; el joven padre reía mientras le hacía caireles a New con una rizadora, su hijo mayor era más vanidoso, así que le había pedido que le hiciera risos para que combinará con su traje, sin duda ese niño sería todo un modelo.

—Listo cariño, te ves precioso—afirmó el peli rosa, quien ya estaba arreglado y vestía un traje color negro.

—Gracias papi—el nene abrazo a su tutor quien le correspondió a la vez que le daba un beso en la mejilla, de repente escucharon el sonido perteneciente al auto de Tay.

Ocho CitasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora