Capítulo 2

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La cena es aburrida. Lo he dicho muchas veces esta semana, lo escribo en mi diario cada noche antes de dormir cuando repaso mis decepciones del día.
Suena deprimente pero cuando las palabras fluyen ahogan mi tristeza, luego de eso el mundo parece un lugar mejor.
El parloteo incesante de los asesores está calcinado mi cerebro, intento entender algo de sus estadísticas y estrategias pero solo puedo pensar en mi fracaso y el incipiente dolor de cabeza.
De pronto hay silencio, alguien ha hecho alguna pregunta incomoda o un comentario fuera de lugar, pobre tipo. Levanto la vista de mi plato, las pobres lechugas desmenuzada y algo que sabe a pollo pero parece cangrejo me miran decepcionados.
Están mirándome, a mi.
De repente me doy cuenta que el pobre tipo soy yo, creo que me he puesto pálida.
Asustada miro hacia mi derecha, mi prima Tersione mira su servilleta, discretamente le doy un codazo.
-Cyrah, Lord Salva te ha hecho una pregunta.
Mi nombre suena a sentencia cuando lo pronuncia mi abuela. La Regente me observa, un rictus de preocupación (o lástima).
-Oh no te preocupes Aurelia, seguro esta cansada y por eso también distraída.
-O quizá la aburrió tu monólogo-. Mi primo Julios me guiña un ojo- Mira hasta puso su cara seria, si sigues frunciendo así el ceño te dará un aire y luego ya nadie querrá casarse contigo.
Los demás ríen y yo intento relajarme un poco aunque siento los fríos ojos grises de mi abuela observarme con recelo. Se lo que piensa, puedo escuchar cada una de sus quejas, las que me ha dicho a lo largo de veinte años.
-Disculpe Lord Salva, temo que el clima de hoy no me ha favorecido y me he sentido un poco exhausta. Estaba usted diciendo...
-Ah si! -Emilio como todos lo llaman suelta el tenedor a medio camino entre su plato y su boca, en su lugar sujeta la copa de vino.
-Solo quería felicitarla. ¡Enhorabuena! Finalmente a terminado sus estudios ¿ya sabe que rama escogerá? Mi hijo Detrulio me ha comentado que la preferencia de este año es Combate y Estrategia, solo algunos han tomado la valiosa misión de escoger Sanación.
Me tiemblan las manos, un sudor frío recorre mi espalda y de pronto creo que el salón nos ha quedado chico. Somos alrededor de diez comensales, cuatro de ellos asesores de la Regente y el resto familia.
Sobre mi caen veinte pares de ojos, algunos son curiosos y otros solo juzgan, midiendo el momento es que cometo un error y expongo mi ineptitud.
He reprobado pero aún no lo saben.
Tomo la copa de agua y bebo un sorbo, más para hacer tiempo que por necesidad y al instante me siento un poco mejor.
-Aún no lo he decidido, pero me inclino por Diplomacia y Negociación.
Esa había sido mi segunda opción, la primera por supuesto había sido Combate y Estrategia pero visto mis resultados sera mejor que lo piense nuevamente.
-Una sabia elección sin duda, es una de las ramas con menos competencia y la más segura. Drulio se ha asegurado de obtener las mejores calificaciones, la competencia es reñida este año y en Combate y Estrategia no hay suficientes Plaza. Ya sabe, solo lo mejor- Emilio bebe de su copa, saborea su victoria mirándome a la cara y en un gesto que nadie más habría tenido en cuenta. Pero estamos frente a frente puedo captarlo, entenderlo. Me hierve la sangre de la vergüenza, pero sobre todo de la impotencia por no ser lo que se espera de mi.
Asiento -Así es, enhorabuena por Detrulio espero que consiga lo que quiere aunque no está todo dicho. Como usted sabe siempre hay alguien mejor ¿verdad?
Sonrío mientras brindo porque los resultados sean los esperados, aunque en mi interior se la respuesta.
Tendré suerte si consigo entrar en Diplomacia.
Desde su lugar en la esquina Julius me hace una seña, quiere respuestas que no puedo darle así que al finalizar la cena hago lo posible por escabullirme antes que alguien pueda detenerme.
A solas en mi habitación respiro por fin, me quito el incómodo vestido y los aretes, mientras rebusco en mi armario escucho que tocan a la puerta.
-Un momento -tomo la primera primera prenda que esta más afuera, resulta ser un camisón verde lima, rápidamente me visto me calzo las pantuflas y me dirijo a la puerta.
Afuera esta Julius, aun vestido de general mirándome serio y de brazos cruzados.
-Ay por favor no me mires así. No voy a decirte nada.
-Cyr que paso contigo hoy! Y no intentes escabullirte, vi los resultados. Dime wn que mierda estabas pensando!
-¿La tabla de clasificación final? ¿La viste?- le indico que pase mientras abro más la puerta- ¿té?
-No gracias.
Mi primo entra y se sienta en el taburete del tocador, acomoda las piezas de joyería esparcidas sobre el, es metódico y callado cuando está enojado o cuando piensa mucho.
- y bien? Has venido solo a retarme o hay algo más?
-Por todos los Santos Cyrah, ¿Diplomacia, es en serio? pensé querías salir aquí no servirle fielmente a Isma. O es que de pronto has tenido una revelación, una iluminación como le dicen ahora.
-No estaba pensando en nada, no quería arruinarlo. Solo pasó- Ahora quien se cruza de brazos soy yo. -Me prepare, lo juro y tu lo sabes, me has visto practicar día y noche pero hoy no lo sé. No sé qué sucedió, yo no -otra vez las lágrimas comienzan a caer y ya no puedo detenerlas. Frustrada me siento en el borde de la cama y me abrazo, cierro los ojos pero aún así continuo llorando.
-Lo siento, de veras que lo siento y no puedes imaginarte cuanto.
El colchón se hunde a mi lado mientras Julius se sienta y un momento después me abraza. Las medallas frías se aplastan contra mí mejilla mientras lo rodeo y lo abrazo con fuerza.
Es cuatro años mayor y ha sido mi mejor amigo desde que tengo memoria. Éramos unidos antes, pero desde que mi hermano se fue al frente en cierta forma el ha ocupado una parte de ese vacío.
-Ay Cyri- suspira mientras acaricia mi cabello, yo solo puedo abrazarlo más fuerte y mojar su chaqueta con mocos y lágrimas. Al cabo de un rato nos separamos y enjuago mis lágrimas con el pañuelo que Julius me alcanza. Recuerdo que aún no se lo he contado.
-Albert comentó algo hoy, algo pasa con Ismael pero no quieren decírmelo. Tengo una sensación extraña Juls.
-¿Qué crees que podría ser?-Julius se levanta y camina hacia el balcón, las cortinas se balancean suavemente con la brisa fresca del otoño.
-No lo sé y me preocupa. Le he escribo regularmente pero hace un tiempo no recibo respuesta. Creí que quizá lo habían cambiado de posición, no pregunte porque realmente no quiero intervenir.
Fuera escucho el ruido del cambio de guardia, han bajado la bandera mientras sonaba el himno. Miro a Juls, la luz de la luna ilumina su perfil hace que parece más maduro. Rasca su nuca y suelta otro sonoro suspiro.
-No lo han movido, su ubicación es la misma que hace dos meses lo he revisado hoy mismo como todos los días. Veré que puedo averiguar y te avisaré en cuanto tenga noticias.
Cierra las puertas del balcón y acomoda las cortinas, luego me besa en la frente.
-Juls?-sostengo su mano, otra lágrima perezosa resbala por mi mejilla y siento una presión en mi pecho- Temo que ella, que arregle una alianza y yo...- respiraro profundo, debo controlarme o no podré continuar-. No me dejes, si algo así sucede jurame que te opondrán, que no dejaras que me encierren. Juralo.
-Cyri- mi primo se arrodilla mientras sostiene fuertemente mis manos, enjuaga mis lágrimas y me mira preocupado-. Lo resolveremos, encontraremos una forma y si no la hay yo mismo la detendré. Te ayudaré a salir de aquí.
-Juralo, por favor.- En voz baja y casi susurrando se lo pido una vez más.
-Lo juro.

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