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Estaba seguro de que si no estuviera frente a mi hyung, habría tirado todo el café. Sin embargo, di una leve sonrisa. Gun Hee me alcanzó el pequeño platillo donde traía el pastel de zanahoria y me dijo que podía comérmelo. Acepté, pensando que quizá el sabor dulce podría quitarme lo agrio del café en mi paladar, y tal como me lo imaginé, así fue.

—Deberías decirle que te gusta. Hoy estás vivo, mañana puede que no. Además, no pierdes nada intentándolo.

—Supongo que puedo intentarlo, pero no aseguro nada —dijo Gun Hee, sacando su móvil y buscando un vídeo en YouTube titulado "Trespass". Me lo mostró y quedé con la boca abierta. Los chicos del vídeo tenían mucho potencial y realmente me gustó la canción; era entretenida.

—¿Qué dices?

Intenté ordenar todas las ideas en mi mente. Tenía que dar un buen aspecto, pues quizá el mayor podría volverse mi amigo.

—La canción es buena y los chicos son atractivos. Creo que tienen potencial y serán muy famosos, claro, más de lo que son ahora.

—Lo sé, son muy talentosos. Si te gustaron... podrías acompañarme el fin de semana. Hay un encuentro de idols y fans.

—Claro —me limité a decir.

Vi que Gun Hee tenía una sonrisa en la cara. No soy de seguir grupos, menos ser un fanático acosador. Suelo escuchar música pasajera y, si me llega a gustar, quizá aprenderme la letra. Tendría que buscar buena ropa para ese día; no quería perder a un amigo que había logrado hacer, si así podía decirse, pues el mayor se me había acercado primero intentando hablarme. Ni siquiera me había dado cuenta de que la pequeña reunión que habíamos tenido había llegado a su fin. Gun Hee pagó la cuenta y se despidió. Imité su acto y fui a casa.

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Mi padre estaba sentado en el mueble con una mujer. Intenté subir callado a mi habitación, pero mi padre me detuvo.

—Changkyun, sé cortés y saluda.

—Buenas noches, subiré a mi habitación.

Cuando subía, podía escuchar a mi padre hablar. "No le tomes importancia, pronto seremos solo tú y yo". Intenté no prestar atención, pero cuando llegué a mi habitación empecé a sentir lágrimas en mis mejillas. Estaba llorando. Mi padre no pasaba tiempo en casa, pero me dolía su desigualdad. Deseaba estar con mi madre, era lo que quería.

Me acosté en la cama y me propuse a dormir. No quería llorar y menos que me escucharan. Me tapé con algunas sábanas y cerré los ojos, imaginando que una persona me abrazaba y así me quedé tranquilo y dormí.

Las luces se apagaron y nuevamente estaba solo. Fingía que no me importaba estar solo, pues de todos modos siempre había estado así después de perder a mi madre, pero me dolía. Quería que alguien me tomara en sus brazos y me dijera que me esforcé mucho y que lo había hecho bien, mientras yo me sentía reconfortado. Pero no había nadie.

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Mi vida había sido difícil. Perdí a mi madre en una batalla con el cáncer. Ni siquiera había podido pasar mucho tiempo con ella, ya que mi padre no me lo permitía. Pero en su último aliento pude estar con ella, solo por segundos. Cuando llegué a casa, mi padre me golpeó por estar en el hospital acompañando a mi madre. Era algo ilógico. Antes decían que se amaban, pero ¿el amor? ¿Dónde había quedado? El viento se había llevado todo, hasta parecía que mi padre odiaba con todo su ser todo lo que pasó con mi madre y cuando me tuvieron.

Intentaba comprender a mi padre, buscaba una y otra manera, pero ninguna daba un resultado positivo. Odiarlo también había sido una opción, pero cuando lo intentaba tampoco podía. ¿Cómo podría odiar a mi padre? ¿Acaso no tenía sentimientos? Me había cuidado, aunque no como necesitaba o quería.

Mi primera pareja fue un chico al cual amaba demasiado. Le entregaba mis días enteros, el amor era correspondido. Me sentía tan bien cada que lo veía sonreír o hacía algo tonto. Sin embargo, mi padre se había enterado. Una lástima, hizo que terminara con el que llamaba amor de mi vida. Lloraba cada noche, hasta que me di cuenta de que la persona había empezado a salir con alguien más. Me di cuenta de que lo debía dejar ir, aunque no hubiera sido mi decisión, sino la de mi padre.

¿Cómo podía confiar en las personas si mi mismo padre me había enseñado que hasta las personas que más quieres pueden dañarte? Quienes decían amarte podían llegar a tratarte tan mal como si tú hubieras cometido el peor error.

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Desperté pensando que ya se me había hecho muy tarde, pero me había levantado extremadamente temprano. Me levanté de la cama y me vi al espejo. Me veía horrible, parecía un zombie o quizá una calavera andante. Me metí a bañar y me arreglé para ir a la universidad. Ansiaba acabar lo más rápido posible, pero ese mes me estaba pareciendo un año. Me puse un polo de mangas largas, una sudadera, un jean y unas zapatillas sucias que hace mucho quería lavar, sin embargo, no me había dado la oportunidad, o al menos eso decía yo.

Salí de casa y me dirigí a la universidad. Ansiaba encontrar a "mi amigo" rápidamente, pues quería que pareciera casualidad y no que lo buscaba como loco. Todos se darían cuenta si fuera así, ya me tomaban como un bicho raro. No quería exagerar demasiado. Cuando llegué, vi a Gun Hee hablando con una persona que vestía de todo negro, ni siquiera se le podía ver la cara. Me acerqué y saludé a ambos. Sin embargo, el hombre de negro ni siquiera emitió una palabra, más que "ya lo hablaremos luego" y se fue. Vi a Gun Hee, y su cara lo explicaba todo; el hombre de negro era quien le gustaba.

—Lamento haber interrumpido.

—Te agradezco, seguro me pediría que ya no me acerque a él.

—¿Qué pasó?

—Seguí tu consejo y le dije.

—Vaya, pensé que no lo harías. Ahora lo lamento, parece que pasaste un mal rato.

—Está bien, tenía que decírselo algún día, te lo agradezco.

—Si quieres puedo conversar con él y decirle que yo te amenacé o algo.

—Changkyun, está bien, él se tenía que enterar.

Gun Hee intentó esbozar una sonrisa, pero pude ver la tristeza en sus ojos. No sabía qué más decir, así que decidí cambiar de tema.

—Oye, ¿aún sigue en pie lo del encuentro de idols este fin de semana?

Gun Hee asintió, visiblemente agradecido por el cambio de conversación.

—Sí, sigue en pie. Nos vemos a las diez en la entrada principal. Será divertido, te lo aseguro.

—Genial, allí estaré.

Sentí un pequeño rayo de esperanza. Por lo menos tenía algo que esperar el fin de semana. Mientras caminaba hacia mi próxima clase, no podía evitar pensar en lo mucho que había cambiado en tan poco tiempo. De sentir que no tenía a nadie, ahora tenía a Gun Hee, quien se había convertido en un apoyo inesperado. Quizá las cosas podrían mejorar después de todo.

Descanso (Jookyun) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora