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Dormían abrazados. Ninguno se soltaba.

Las estrellas brillaban, la noche tan azulada, la luna dando su luz de siempre. Una noche encantadora.

Era una de las dos últimas noches que pasarían juntos, ambos lo sabían, eso les dolía.

Obito después de tanto tiempo de estar aburrido en ese campamento por fin había encontrado a alguien con quien pasar el tiempo e incluso algo más allá de la amistad.

Esa noche ambos irían al risco, fue algo que le prometió Obito a Kakashi.

-Hoy te llevaré al risco -susurró cuando se despertó en la medianoche.

Y dicho y hecho.

Tomados de la mano fueron lentamente hacia el risco.

No sabían que eran, pero era algo que solamente ellos entendían.

-Este es mi tercer lugar favorito: El Gran Risco.

Sus ojos brillaban de emoción, la luz de la luna y la oscuridad de la noche hacían ver hermoso todo su alrededor.

Casi en la orilla, habían unas cuantas rocas grandes suficientes para que ambos pudieran sentarse y apreciar el bosque, las estrellas, incluso a ellos mismos.

-Quiero hablar acerca de algo, ¿qué va a pasar cuando nos vayamos? ¿Qué somos tú y yo? ¿Por qué no quiero que se termine esto? ¿Por qué a pesar de que tengo a... -su voz se iba rompiendo poco a poco, sabían perfectamente que todo lo que empieza tiene que acabar en algún momento y lo que menos quería ahora es que acabara esto que recién sucedió-. No puedo, simplemente no quiero que esto acabe, quiero estar más tiempo contigo.

Apenas y pudo formar una sonrisa, oírlo de él le causaba escalofríos. Ya era tiempo de que ambos estuvieran preparados para una despedida, pero sus sentimientos no dejaban creer esa idea de separarse.

-No puedo decirte exactamente qué es lo que va a pasar después del campamento, nuestras vidas seguirán continuando normalmente, pero ahora siempre nos tendremos en mente, tendremos estos buenos recuerdos siempre guardados. Y yo también desearía extender el tiempo, quiero estar contigo, no quiero separarme. Cada noche que he pasado contigo, cada una ha sido lo mejor que me ha pasado y ahora que nos vamos a distanciar tendré que aceptar la idea de no verte en persona tu hermoso rostro, tendré que aguantarme las ganas de besar tus mejillas cuando se ponen rojas. Tendré que aceptar la realidad: ya no estar junto a ti cada noche.

Pequeñas gotas de agua caían por las mejillas del chico que se encontraba callado.

-No quiero separarme... -Sus manos se encontraron y se unieron finalmente en un abrazo.

De nuevo besó sus mejillas que no sabía de qué color estaban, tal vez un poco rojas.

-Lo sabes, ¿verdad? -Esperó respuesta, pero lo único que recibió fue el agarre fuerte de su abrazo-. De verdad significas algo importante en mi vida. Algo más que un amigo, más que un te quiero.

Besos En La Mejilla [ObiKaka]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora