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La ultima noche.

Seguían sin creer que ambos se irían. Volver a su aburrida vida de solamente estudiar para poder mantenerse de algo en un futuro.

Su última noche sería en el lugar número uno. El lago con el agua más clara.

No era el mismo de la otra vez, este estaba un poco más alejado del campamento.

Aún algo afectados por la plática de ayer trataron de no tocar el tema en su última noche.

Durante el camino tarareaban canciones, contaban anécdotas, iban agarrados de la mano. Incluso bailaron una canción que ambos tarareaban.

Por el momento la noche iba perfecta.

Llegaron al lugar, el agua estaba tranquila, y con la mano que había sumergido, comprobó que no estaba tan helada. Seguido de eso se quitó su camisa y su short azul.

-Un rato ahí no haría daño.

Una sonrisa pícara surgió de pronto.

Esperó a que Kakashi también se preparara para sumergirse en el agua. Y así lo hicieron, una vez estando en ropa interior, saltaron al agua.

Al hacer contacto con sus cuerpos hubo frío, pero en cuanto comenzaron a moverse todo frío que estuviera en su cuerpo, ya sea exterior o interno, desapareció por completo.

El reflejo de la luna sobre el agua y sobre ellos les daba una perspectiva perfecta.

Comenzaron a salpicar agua por todas partes, sus risas inundaban el silencio inmenso.

-Kakashi -acercó su cuerpo al de él y se mantenían en flote-. Esto es como una cita para los dos. Una última cita.

Sonrió Kakashi, no podía evitarlo. Lo iba a extrañar. Ambos lo harían.

Obito tomó de las mejillas al otro, Kakashi situó sus manos en el cuello de él y con sus dedos jugaba en la parte de atrás del cuello.

Sus frentes chocaron de forma suave, el dorso de sus dedos jugaban con su suave piel. Si hubiera luz le hubiera encantado ver el color de sus mejillas y también le gustaría saber si sus mejillas se coloraban cuando le hacía cariños o mimos.

-Obito -susurró cuando sus labios estaban a centímetros.

Las sensaciones seguían fluyendo por todo su cuerpo, todo pasaba de forma rápida y lo único que él quería era jamás se terminara la noche.

Fue un roce de labios, no un beso, solo un roce de labios. Sintió su aliento, su respiración. Seguido unos besos en las mejillas de Kakashi, donde escuchó provenir una risa.

Besos y más besos en las mejillas de ambos.

Fue algo mágico.

Sin embargo, tenían que volver.

Salieron empapados y el frío no tardó mucho en volver. Ambos temblaban por el repentino cambio de temperatura. Fueron caminando hacia el campamento.

Sorprendentemente, nadie, pero nadie, interfirió en sus actividades fuera del campamento. Eso le sorprendió a Obito, pues años anteriores sorprendían a otros compañeros, pero a ellos jamás los pudieron descubrir. Salvo que unos que otros compañeros que, por suerte, no dijeron nada al respecto.

El resto de la noche se reduce a darse un baño, dormir juntos y abrazados. Aunque Obito no podía conciliar con el sueño.

-De verdad te voy a extrañar -pensó mientras miraba sus párpados cerrados.

Y no mentía.

Verdaderamente lo haría.

Lo extrañaría demasiado.

Besos En La Mejilla [ObiKaka]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora