Capítulo 8

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Miércoles 09 de junio de 2021 — 10:30 am

—Tae necesito hablar contigo— grito el azabache en el pasillo mientras llegaba corriendo al lado del castaño —a solas por favor— hablo refiriéndose a los estudiantes que pasaban por el pasillo.

—Está bien Jungkook hyung — hablo tae siguiendo al azabache en silencio mientras se dirigían al campus.

Al estar en el campus frente a frente el azabache decidió terminar con el silencio.

—¿Q-quieres salir al cine conmigo?, d-digo... quiero decir— bufo dándose una cachetada mental por no poder decir lo que quería —¿quieres salir conmigo el sábado?— trato de hablar el azabache luchando por lucir menos nervioso.

—¿Cómo una cita?— lo pensó un poco, reaccionando a lo que había dicho —¡espera una cita!— hablo exaltándose.

—No, no, no Jin hyung y Jimin hyung vendrán con nosotros— aclaró el azabache intentando calmar a Tae.

—Mmm... déjame pensarlo hyung— respondió pretendiendo no mostrase emocionado y a la vez decepcionado.

—Por favor Tae, acepta— rogó el azabache con un pequeño puchero, sabiendo que lo había arruinado al mencionar que irían sus Hyungs.

—Está bien iré— acepto por fin regalándole una sonrisa.


"¿Cómo fue que llegamos aquí?"


•••••


8 horas antes...


—No lo hagas... ellos te extrañarán—.

Asustándose por la repentina voz, volteó a ver quien osaba en interrumpir sus pensamientos—¿Quiénes?— hablo confundido Tae.

—Tú sabes de quienes estoy hablando— respondió el chico de cabellos castaños acercándose lenta y sutilmente a él para evitar que cometiera aquella atrocidad.

—No, no sé de qué me hablas— sentenció observando cómo se le acercaba —¡Vete por favor!—.

—No puedo dejarte aquí solo— hablo el chico desconocido llevando una mano a su hombro atrayéndolo hacia él y así abrazarlo

—todo estará bien— susurro esto último en su oído.

Tae al sentir el contacto, asustado decidió empujarlo para luego echarse a llorar, entrando en un ataque de ansiedad.

El castaño al ver la reacción del menor decidió acercarse con cautela agarrando sus manos procurando transmitirle confianza.

—Nadie podrá hacerte daño aquí, descuida puedes contármelo si quieres— hablo el castaño con una sonrisa en forma de corazón.

—No lo entenderías— susurro mientras se abrazaba a sí mismo —yo estoy sucio...— volvió a sollozar —¡sucio!— soltó exasperado intentando respirar. 

—Si me explicas, tal vez sería más fácil—prosiguió hablando el castaño, con el tono más suave y calmado que podía.

—El director no es lo que piensas— hipó del llanto —es alguien malo, un ser desagradable— hablo el con odio, recordando todo lo que le había hecho hace tan solo unas cuantas horas. 

El castaño simplemente guardó silencio tratando de entender, dirigiendo su mirada al cuello del menor viendo las marcas que tenía, cayendo en cuenta a lo que se refería y uniendo los puntos que había visto esa misma mañana que de no ser por el tropiezo que se dio con la puerta aquel chico que lloraba enfrente de él hubiera sido golpeado.

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