Capítulo dos

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Después de aquel inquietante encuentro en el bosque, JunMyeon le informó a todos de la existencia de la chamana. Los hombres y él estuvieron buscando sin descanso hasta el anochecer, sin haber comido ni bebido absolutamente nada, pero sus esfuerzos no dieron frutos porque no hallaron rastro alguno de la bruja.

Cuando se le informó al gobernador de la noticia, el hombre le gritó al comerciante como nunca antes había hecho y tiró de sus ropas de forma violenta con intenciones de golpearlo. Afortunadamente había personas allí que intervinieron, sin embargo el joven se sentía presionado por el reproche de su señor. Tenía que encontrar a la bruja lo más antes posible, o sino Kang KyuBok se las haría pagar a él por ser tan negligente en su trabajo.

No entendía por qué la bruja había logrado escapar, las otras chamanas que había cazado no eran tan fuertes físicamente y lograba atraparlas después de unos minutos de carrera. Sin embargo, el cansancio por el viaje de vuelta a casa y luego la turbulenta madrugada en dónde nació muerto el hijo del gobernador podrían ser unos factores que lo pusieron en desventaja, pero eso no ocurriría otra vez.

Después de una noche de sueño reparador, JunMyeon salió al mercado del pueblo por la mañana en busca de alimentos para surtirse; esta tarea la hacían los sirvientes normalmente, pero necesitaba despejar su mente de aquellos sucesos terribles que había presenciado apenas llegó a Yangdong. No se sentía como el hogar que siempre amó desde que era un niño.

A lo lejos entre la multitud, encuentra a la concubina Hana de pie junto a un puesto donde vendían prendas de ropa; era algo raro de ver pues el gobernador solía surtir a sus esposas de las mejores vestimentas y aquellos vestidos que vendían en el negocio eran del tipo que solían comprar los aldeanos de bajos recursos. Sin embargo, no indagó más en ese tema pues no era de su incumbencia, y también existe la posibilidad de que tal vez la joven estaba buscando despejar su mente, después de todo, la pobre perdió a su bebé hace apenas un día.

Quiso acercarse a saludar, pero entonces vio a una persona extraña acercarse a la mujer y hablar con ella bastante cerca y con total naturalidad, como si se conocieran desde hace tiempo. En un momento dado, el extraño giró levemente su cabeza y entonces JunMyeon lo vio, sobresaliendo de la capucha que cubría su cabeza se escapaban unos mechones de cabello largos y color negro azabache.

El castaño se abrió paso entre la masa de gente pidiendo permiso con amabilidad, pero tardó tanto que cuando llegó junto a la joven, aquel extraño había desaparecido entre la multitud sin dejar rastro.

—Buen día, señora. -Saludó JunMyeon de forma educada hacia la mujer, dibujando una sonrisa amable que Hana correspondió.

-Buenos días, señor Kim. Espero esté teniendo una muy grata mañana. -Saluda la concubina haciendo una reverencia que el contrario repite.

-La estoy teniendo, y... ¿Usted cómo se siente hoy? -Pregunta el comerciante con delicadeza, observando como el gesto de Hana se transformaba en uno de tristeza, el brillo de sus ojos se apagó.

-Ha sido un día muy difícil, pero hoy quise salir a despejarme un poco. No soportaba estar más tiempo acostada. -Responde con desánimo, dejando escapar un suspiro melancólico.

-No imagino lo difícil que deben ser estos momentos para usted. -Se compadece, y tomaría su mano para reconfortarla, pero al ser una mujer casada no era correcto tocarla. -Pero de todas formas debe cuidarse, su cuerpo aún está débil. -Añadió con preocupación que la joven recibe con una sonrisa pequeña y sin dientes.

-Gracias por preocuparse por mí, señor Kim. -Dice Hana inclinándose en una reverencia. -Si me disculpa, debo retirarme. -La mujer se da la vuelta, pero la voz del hombre la detiene.

Hay una Bruja en el Bosque [SuLay Fest 2021]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora