Caminaba de un lado a otro, esperando a que alguien abriera la puerta, quería ver a la reina. Kanon quería ver que su mamá estuviera bien, aunque los doctores no lo dejaban pasar.

Espero, y espero. Pasaban los minutos como si fueran horas. El ambiente es pesado, hay un silencio abrumador, solo se escucha los pequeños susurros al otro lado de la puerta, pero nada más. 

_

_

_

Por fin, le permitieron entrar a la habitación. Una vez allí adentro, se sentó en la cama a un lado de Coraline, quién estaba enferma.

-Kanon...-La reina llamo a su pequeño, quién la miraba con preocupación.

-Mamá, ¿cuando estarás mejor?

Hubo un silencio por un momento.

-No lo sé...-Acarició el cabello de su hijo.-Es probable... que no salga de esta

Kanon supo de inmediato lo que Coraline quiso decir, y no pudo evitar sobresaltarse.

-¡No me puedes dejar solo!

-Kanon, no estarás solo.

-Pero...-Kanon bajó levemente su mirada.

-Cuando cumplas 18 años, dejaras de ser el Príncipe, y te convertirás en el Rey de Franlingh.

-¡Yo no quiero! Ademas... no estoy listo.

-Lo estarás.-La reina acarició el cabello de Kanon y susurró.-Mande a llamar a Janeth, ella vendrá a vivir al castillo, y podrás estar junto con Saga.

Kanon miró a Coraline, sorprendido. Ella le sonrió y le dio un beso en la frente, una de los sirvientes, lo tomo de la mano y se lo llevó fuera de la habitación. Alcanzó a divisar como los doctores revisaban a la reina. Fue lo ultimo que pudo ver.

Días después, la reina falleció, dejando una carta y un anillo de la realeza a su hijo en su habitación. Esperando que algún día encontrará la caja en que dejo ambas cosas.

◇Unidos por Siempre◇{Saga y Kanon}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora