Jóvenes cadáveres

La actriz favorita de los degenerados

La joven actriz estaba muy emocionada. Filmaba la película que la llevaría directo estrellato. La historia era algo macabra. Esta se centraba en una mujer—interpretada por Afropé— que secuestraba infantes a lo largo y ancho de la ciudad, debido a que (el gran ¡boom! de la trama), cuando esta yacía dormida, su sueño era perturbado por el fantasma de una niña—interpretada por Franca—, asesinada por su padre en un experimento, que le pedía niños para jugar.
Solo faltaban tres escenas para que el metraje estuviera finalizado.
Estaban a punto de grabar una de las últimas escenas, Afropé estaba completamente lista y su pequeña compañera también.

－¡Afropé!－La llamó Franca.－¿No es peligroso el fuego?－dijo la menor algo asustada, con su mirada fija en las enormes velas.
－Tranquila, Fran. No pasa nada, está completamente controlado. Además, son velitas.
－¡Estén listas, chicas! ¡Falta poco para empezar!－Llamó el director.

—Lo lamento. Yo no quiero hacer esto, pero me obligan...—Franca actuaba tan bien, las lágrimas salían cual unas verdaderas de sus ojos verdosos.
－¡Chicas! ¡Cuidado!－Se escuchó un grito inesperado por parte de la directora de fotografía.
La niña rápidamente huyó al ver como el fuego de una vela se expandía sobre la pared a la que Afropé estaba atada con fuerza. La actriz mayor vio lentamente como varios pedazos de la escenografía caían frente a ella, impidiéndole cualquier ruta de escape que se le puediera ocurrir.
La cabeza de la desesperación se posó sobre los hombros de todos en el lugar. Clamaron por ayuda, ayuda que no llegó a tiempo por más que se hubiesen raspado las gargantas gritando.

Al funeral asistieron todos los presentes en el set y varios degenerados, quienes abrieron el cajón a escondidas y consideraron al cadáver como hermoso, precioso, incluso, excitante. Pocos integrantes de la familia del la difunta estuvieron presentes, una pena que se hayan perdido la escena, era hilarante ver a todos esos tipos abalanzados sobre el ataúd, a punto de desnudarlo cuando llegó seguridad.