˳⸙extra˳⸙

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— ¡Sunoo, acabo de bañarte! —el omega hace todo el esfuerzo para que su regaño no suene tan pesado

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— ¡Sunoo, acabo de bañarte! —el omega hace todo el esfuerzo para que su regaño no suene tan pesado.

Camino hacia él, tomó un paño húmedo y comenzó a tallar con cuidado en las partes donde su piel estaba embarrada por el barro. Hace un par de minutos que había terminado de llover, Yoongi sólo se distrajo unos minutos en la cocina y Jimin y Sunoo ya jugaban en el lodo.

— Déjame ver si no ensuciaste tu cabello. —el pequeño hace caso, agacha su cabeza para darle acceso a su padre para que inspeccione sus hebras doradas. — Tendré que bañarte de nuevo.

Sunoo hace un puchero, la expresión que hacía justo antes de soltarse en un llanto incontrolable.

— No creo que sea necesario, —Jimin interviene rápido— en el parque de diversiones de igual manera se ensuciará.

Yoongi lo mira con ojos regañadores, Jimin se acerca para plantarle un beso en la mejilla a su omega. Yoongi sonríe, achicando sus ojos de manera dulce y cayendo ante los reproches de las personas que eran dueños de su corazón.

— Hoseokie vendrá en dos horas más, ya no podremos ir. —Yoongi informa cuando todos entran a casa, viendo la hora en el reloj que cuelga frente a él. — Jiminie, dale el juguete a Ddeonu mientras le busco el pijama.

El aludido claramente obedeció. Sólo necesitaba que Yoongi pronunciara cualquier orden para el cumplir sus deseos. Tomó a su hijo en brazos, besándole la mejilla mientras buscaba el juguete favorito del pequeño. Realizó la tarea con agilidad, entregándole en manos el caballo de madera y un par de muñecos que apenas soltaba.

Park miraba a sus hijos con orgullo. Sus facciones albergaban una gran similitud hacia las de Yoon, ojitos redondos y un pequeño pero significativo lunar cerca de la nariz. La forma en que sonreía era exactamente igual a la de su esposo, arrugando la nariz y mostrando apenas los pequeños dientecitos. Era increíble cómo podía tener en sus manos una mini copia exacta del amor de su vida.

— Un..o, dos —el pequeño comenzó una cuenta de la nada. — Papá, beso. —su dedo índice apuntó sus dos cachetitos, Jimin inmediatamente entendió la orden. Dando un beso en cada uno de ellos.

Lo amaba tanto que escuchar su risa era como entrar al cielo. Se sentía pleno, juzgándose a sí mismo, cuestionándose si era merecedor de todo el cariño que llenaba su corazón día tras día.

Minutos más tardes llegó Yoongi, quien directo se dirigió a Sunoo para tomarlo en brazos y llevárselo escaleras arriba. Cantando para distraerlo, sintiendo como su alfa le seguía el paso. Llegaron al cuarto de baño del primer cuarto, acostó al de hebras doradas en la plataforma donde solían cambiarlo desde que era un bebé.

Yoongi empezó a quitarle la ropita, Jimin ayudaba pasándole lo necesario para una limpieza básica o haciendo muecas divertidas para que Sunoo no llorara. Yoongi de vez en cuando hacía pequeñas cosquillas, amando como su corazón se regocijaba ante la ternura de su hijo.

Ámame, después mátame :: JimSu ˳⸙;;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora