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Jimin al instante se inclinó hacia atrás, alejándose y desenlazando el enfrentamiento de sus miradas

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Jimin al instante se inclinó hacia atrás, alejándose y desenlazando el enfrentamiento de sus miradas. Su pie golpeaba el suelo con desespero, Yoongi simplemente analizaba lo sucedido. Preguntándose por qué siempre terminaba hundiéndose en la penetrante mirada del alfa, y si volvería a ser golpeado por algo que no estaba en sus manos.

Se acomodó en la cama suave, su cuerpo se encargó de recordarle el porqué estaba mostrándose en un estado de postración. Dentro de él, aún el líquido le quemaba la sangre. No dudó en dejar escapar un quejido, atrayendo la atención del general.

Su pecho estaba descubierto, la marca en forma de telaraña ahora era más tenue. Su opacidad habría bajado, pero permanecía ahí, creciendo de a poco conforme el tiempo pasaba.

Ninguno de los dos mencionaba nada, en la grande habitación se escuchaba solamente carraspeos provenientes del menor de los Park.

— Debo irme. —Yoongi se animó en desaparecer la burbuja de silencio.

— Debes quedarte. —Jimin lo contradijo caminando hacia él, tomando su antebrazo y ejerciendo la fuerza suficiente para que Min no se molestara en hacer otro movimiento.

Allí estaba Min, con mil preguntas en su cabeza. Intentando llamar a su lobo para un consejo, olvidándose que aquel moría lentamente.

Allí estaba Park, suprimiendo a su lobo. Recordándole que si estaba en esa situación era precisamente por sus caprichos.

— Estamos en mi habitación, —informó con obviedad, como si el omega no lo hubiese notado por su cuenta— te desmayaste en el consultorio. Nadie se atrevía a llevarte a tu celda, curiosamente pasaba por ahí y me ofrecí como el general que soy. Debo poner el ejemplo.

Min asintió con la confusión nublándole el entendimiento.

— ¿Entonces no debería estar en mi celda? —cuestiono aún con la mirada baja.

— No podía llevarte ahí, tus compañeros de celda podrían haberse asustado al verte en ese estado. Entonces rechazarían ser los próximos en llevar la dosis en su sangre, tendríamos que recurrir a mandarlos al salón de ejecución por su actitud de terquedad.

— Oh. —musitó con tristeza.

— ¿Eso duele? —el alfa señaló la marca.

— No mucho, el dolor es mínimo y soportable. —da respuesta sin impórtale mucho.

El silencio vuelve a llegar. Sus rostros muestran incomodidad, Yoongi debe seguir el plan que su lobo le ha pedido, pero ni siquiera sabe cómo dar inicio. En cambio, Park no quiere irse hasta cerciorarse que su lobo se dé cuenta que no es él su omega y que todo ha sido parte de una equivocación.

— El espectáculo que disté en la fiesta de relajación fue fascinante, jamás miré a mis hombres tan alegres como ese día. Tu entonación es linda, realmente transmites el sentimiento. ¿Fuiste a clases de canto antes?

Ámame, después mátame :: JimSu ˳⸙;;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora