𝕺𝖒𝖊𝖌𝖆𝖘 𝖘𝖑𝖊𝖊𝖕𝖔𝖛𝖊𝖗

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—¿Deberíamos llevar de estos chocolates o mejor unas frituras de queso? — Sanzu pregunto mostrando los dos productos al chico frente a él.

—Las frituras están bien, esos chocolates tienen menta y a Inupi le causa asco. —Respondió el Chifuyu agregando al carro de compras un paquete de jugos de fresa.

El omega de cabellera larga asintió y tomo un par de bolsas para colocarlas de igual forma en el carro. Ambos se encontraban en el supermercado a unas calles de la casa de Hanagaki, habían salido a comprar algo de comida para lo que restaba de la tarde y la noche pues verían un maratón de películas de Disney a petición de Mikey. Deambularon por los pasillos viendo los diversos productos, sintiendo que ya no faltaba nada y dando una última mirada a la lista de las compras se dirigieron a la caja registradora para poder pagar mientras hablaban tranquilamente. No había mucha gente por lo que la fila avanzo rápido sin más pagaron y tomaron las bolsas con sus compras para irse de regreso a casa del beta. El vecindario en el que vivía su amigo era muy tranquilo a comparación de los lugares que frecuentaban, esa era la primera vez en mucho tiempo que tendrían una tarde normal como adolescentes de su edad y no como altos mandos de la ToMan, la madre de Takemichi era una mujer muy amable que había accedido a que todos se quedaran a pasar la tarde y noche en su hogar, además se veía bastante emocionada ya que su hijo nunca traía a sus amigos a casa. Él también estaba emocionado, ¿Cuánto tiempo había pasado desde que hizo una pijamada con amigos? ¿cinco o seis años tal vez? no lo recordaba con exactitud, pero de verdad quería que esa noche todos la pasaran bien. De repente la tímida voz del chico a su lado lo saco de sus pensamientos.

—Y... ¿Desde hace cuánto se conocen Baji y tú? —Le pregunto con deje de curiosidad el rubio platinado.

—Dos años, nos conocimos cuando entre a la preparatoria. —Respondió sin pensarlo mucho. —¿Por qué preguntas?

—¿Ah? bueno, solo tenía curiosidad. Parece que se conocieran de toda la vida. —Haruchiyo le miro. —¿Son destinados?

Chifuyu pareció meditarlo durante un par de segundos. Las probabilidades de que fueran destinado era muy alta, sus lobos se habían reconocido como alfa y omega además, desde que se presentó su lobo rogaba por que el alfa de cabellera negra lo ayudara durante su ciclo de calor. No entendía del todo lo que eran los destinados sin embargo estaba consciente de que ellos podían serlo.

—Es muy probable, ¿Muto y tú lo son verdad? —Espeto a lo que el contrario asintió.

—Si, nos conocimos cuando un chico en una fiesta trato de aprovecharse de mi. —Murmuro recordando ese día. —Mi omega estaba tan desesperado que termino llamando por el lazo del destino a mi alfa entonces el apareció, supimos de inmediato que éramos destinados.

—¿Sus lobos se reconocieron solo viéndose? —Cuestiono con notable curiosidad a lo que Sanzu asintió.

—Fue extraño, sus ojos cambiaron de color igual que los míos, se tornaron morados y sentí algo extraño en el pecho, mi corazón latía muy rápido y comencé a sudar frío. —Describió sin dar muchos detalles ya que no sabía explicar correctamente que sucedió con el ese día.

Chifuyu pareció perderse en sus pensamientos nuevamente, él también había experimentado eso, solo que sus ojos no cambiaron al ver a Baji o tal vez si sucedió, pero no lo recordaba.

Llegaron a casa de Takemichi, tocaron la puerta y la madre del rubio salió a recibirlos.

—Pasen, pasen niños. Los demás están esperando en la habitación de Take. —La castaña los dejo entrar, retiraron su respectivo calzado acomodándolo en un mueble y se dirigieron a donde se encontraban sus amigos.

Beggin' | BajifuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora