Capítulo 1

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No soy tan fan de levantarme temprano, pero lo tenía que hacer, hoy era un día especial, empezaba a trabajar en la universidad, me sentía poderosa y realizada, no cualquiera era aceptada para hacer prácticas. Me desperté a duras penas, me aliste con el cabello recogido en una coleta, una playera gris y un pantalón negro, nada fuera de lo común, siempre me vestía así, me gustaba y pues no tenía mucha ropa que lucir, baje y prepare mi "desayuno de campeones": un yogurt. En casa no gozábamos de los lujos que nos gustarían tener, no nos faltaba nada, pero tampoco éramos millonarias, mamá siempre ha tratado de darme todo lo que necesito, pero ahora hemos tenido unas carencias porque ha abierto una cafetería, era su sueño y por fin lo ha cumplido.

Siempre hemos sido mamá, mi hermana y yo, si conozco al señor que me engendró, pero nunca se ha encargado de mis gastos, así que este trabajo era una oportunidad de ayudar a mamá

-Seir- apúrate o llegaras tarde- grito desde la sala

- ya voy- grite

Termine mi yogurt y agarre mi mochila, mis llaves y el dinero que había en la mesa, me acerque a mamá y le di un beso en la frente

-te veo al rato en la cafetería-

-te dije que no era necesario que fueras hoy a trabajar conmigo- respondió

-sí, pero yo también te dije que me tengo que adaptar, no te voy a dejar tirada con todo el trabajo que hay- le dije abrazándola

-está bien, pero si te sientes cansada me dices y regresas a la casa para que recuperes fuerzas-

-si ma', ya me voy que se me va a hacer tarde, te amo- me despedí

Camine hacia la parada de autobuses, la cual no estaba tan lejos de casa, afortunadamente solo debía tomar un camión y caminar un poco, además no estaba tan lejos, podía ir y regresar caminando lo cual ayudaba a mi bolsillo, así me ahorraba unos pesos, pero por ser mi primer día me daría el lujo de tomar el camión, después de esperar unos 5 minutos, tome el autobús y camine hacia el trabajo, me gustaba caminar, trataba de imaginar que pensaban las personas que me encontraba, después de darme un viaje interestelar por mi mente llegue al edificio.

-buenos días, vengo a ver al señor Alcántara- me dirigí con la señorita que estaba en recepción

- ¿nombre? - me respondió un poco bastante grosera

-Seir, Seir Mora- respondí

-pasa, toma el elevador, el penúltimo piso- me dijo

-vale, muchas gracias- me despedí con una sonrisa y caminé hacia el elevador, no es que siempre fuera así, a veces las personas me decían que era un poco amargada/ seria, pero hoy era un día especial y lo quería iniciar de la mejor manera posible.

Me encontré con el señor Alcántara después de que se abrieran las puertas del elevador, afortunadamente ya lo conocía porque si no, me hubiera perdido en semejante piso, había muchas oficinas con paredes de cristal, estaba muy bonito, la verdad

-señorita Mora, buenos días, ¿lista para el día de hoy? - me pregunto con una sonrisa

-más que lista, emocionada- respondí con una sonrisa

-bueno, acompáñeme- me dirigió hacia una de las oficinas del fondo- aquí será su oficina

La oficina estaba cerca de la terraza del edificio, cada piso tenía una, pero al ser el penúltimo contaba con las vistas más impresionantes del lugar, me acerque al escritorio que había señalado previamente, era de tamaño regular, con una computadora y un espacio para colocar algunas cosas extras, no estaba mal, era, más grande que el que tenía en casa, no podía pedir más.

-la dejare que se instale, su compañero no tarda en llegar, él le dirá que actividades le corresponden realizar- me informo

-perfecto- le respondí

-le deseo mucho éxito y felicidades señorita Mora, espero que no nos decepcione- me dijo

-no se va a arrepentir- lo decía enserio

-eso espero, la dejo trabajar- se dio la vuelta y se fue

Estaba emocionada, nerviosa, expectante, sentía todas las emociones habidas y por haber, me senté enfrente de la computadora y empecé a ver si contaba con todos los programas que necesitaba, tenía todos y hasta más, había programas de los cuales había escuchado pero que jamás había utilizado porque no podía permitirme pagar una licencia, pero ahora los tenía y la emoción no cabía en mí, estaba tan concentrada que no escuche que alguien había entrado

-hola, soy Seir- salude animadamente, hoy era uno de esos días en los que me sentía con ganas de conocer gente, no es que no me gustara, pero a veces se me complicaba, hoy me sentía sociable

-ah, sí, hola, tu eres la nueva, Erick ya me había hablado de ti- respondió de una manera un poco cortante, o así lo percibí -soy Eder-

Eder; lindo nombre, pensé. Era alto con cabello un poco chino, quebrado, negro, tez blanca, ni muy delgado, ni muy robusto, serio, muy serio, pero con un aire interesante y misterioso, guapito. Basta Seir, contrólate mujer

-sí, soy nueva, me dijo que me ibas a decir que me correspondía hacer- respondí

Él se acercó a mí y me "entregó" unas carpetas, y con entregar me refiero a que prácticamente me las aventó. No dije nada, pero después de eso, la imagen mental de un chico agradable desapareció de mi cabeza

-te toca hacer esto, esta semana son 10 diseños, tienen que ser aprobados dos días antes de la fecha de entrega, si necesitas ayuda te puedes acercar conmigo, pero espero que no la necesites, por algo te escogieron a ti, supongo que eres buena ¿no? – asentí con la cabeza -pues eso es todo, tú tienes tu espacio, yo el mío, no me gusta que me molesten cuando trabajo, procura no hacer ruido, concéntrate en lo tuyo y no habrá problemas, la hora de comida es a medio día, tú decides como administrar tu tiempo, hay horario de entrada pero la salida es a consideración tuya, mientras el trabajo este en tiempo y forma no importa, y pues eso es todo, espero que no te quede ninguna duda- dijo y se dirigió a su escritorio.

Después de repasar mentalmente todo lo que me había dicho me coloque mis audífonos, que afortunadamente llevaba conmigo. Entendía que no quería que nadie lo molestara pero no era necesario ser tan cortante y grosero, no sabía si me estaba tomando todo lo que me decía muy personal, sinceramente esperaba conocer gente amigable pero por lo que llevaba en el lugar no había conocido a alguien amigable, deseaba que eso cambiara pero por lo mientras me pondría a trabajar, no estaba mal, podía salir temprano para trabajar en la cafetería de mamá y para hacer las cosas de la universidad, no sabía cómo iba a sobrevivir pero a todo se acostumbra uno, ¿no?


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