Al terminar de cenar, subí a mi cuarto a terminar con los diseños de las fotos de Eder, me gustaron pero aún tenía otra idea para que se vieran mejor, así que mañana tendría que llegar antes para tomar las fotos, Meli y yo ya habíamos acordado eso, también me dijo que no había podido subir a desayunar porque su jefa le dio unas cosas que hacer a último momento, afortunadamente le repusieron su hora de comida, me prometió que el día de mañana si iba a desayunar conmigo, así que estaba un poco más animada, comer sola me recordaba mi infancia, nadie se quería sentar conmigo por mis problemas de peso y esos eran fantasmas que todavía me perseguían a pesar de los años.
Tome mi cámara y la guarde en mi mochila, siempre preparaba mis cosas de trabajo antes de dormir, mi ropa no, porque me ponía lo primero que viera, trataba que combinara, y la mayoría de veces escogía bien.
**********
Eran 7:10 y parecía que no había nadie en las oficinas, estaba por subir al ascensor, pero me encontré con una señora de mediana edad que trataba de sostener unas bolsas y dos charolas de café, al ver que estaba haciendo malabares para que no se cayeran me acerque a ayudarle
-buen día, permítame, le ayudo- la saludé y tomé una charola y una bolsa, así evitaríamos hacer un desorden
-muchas gracias mi niña, no sé qué hubiera pasado si no hubieras llegado, bueno si sé que hubiera pasado, un desastre. Llegaste como caída del cielo
-no se preocupe, para eso estamos, por cierto, me llamo Seir
El ascensor llego y nos subimos a el
-mucho gusto mi niña, mi nombre es Verónica-
La señora Verónica presiono el último número del edificio y yo presione el número de mi piso, cuando el ascensor empezó a avanzar la señora Verónica hablo
- ¿eres nueva por aquí, ¿verdad?
-sí, hoy es mi segundo día
-lo sabía, no se me hacía conocida tu carita, y yo no suelo olvidar los rostros de las niñas amables
No supe que responder a eso, así que solo le ofrecí una sonrisa
- ¿y qué tal te ha parecido la empresa?
-increíble, siempre me imagine trabajar en un lugar muy importante y hoy tengo la oportunidad, soy muy afortunada
-que bien mi niña ¿y tus compañeros de trabajo, ya hiciste amiguitos?
Sonreí por su pregunta y respondí
-mmm... solo tengo un compañero en la oficina, pero no habla mucho que digamos, y solo pude conocer a una chica de otra área, ella es muy amable, ayer iba a almorzar con ella, pero desgraciadamente no pudo
-entonces comiste con tu compañero ¿no?
-no, comí sola, pero eso no importa, pude disfrutar de la hermosa vista que tenia
- ¡ay mi niña!, yo siempre he pensado que las personas nunca deberían comer solas, siempre es bueno tener con quien hablar
- eso sí, pero no hay problema- sonreí
-bueno, ya estamos por llegar a tu piso y no quiero hacerte perder más tiempo
-no se preocupe, le ayudo a llevar las cosas, no queremos que pase algún accidente
-muchas gracias mi niña
-no se preocupe
Llegamos al último piso, solo había tres oficinas, cabe recalcar que eran amplísimas, con unos muebles preciosos y elegantes, su terraza contaba con dos mesas y un precioso lugar para sentarse, tenía enredaderas y flores, parecía sacado de una película, además tenían la vista más asombrosa del lugar.
Después de haberme quedado embobado con la vista seguí a Verónica hacia una de las oficinas.
-esta es mi oficina mi niña, si algún día llegas a necesitar algo me puedes venir a ver o llamarme por teléfono- me tendió una tarjeta
-muchas gracias señorita Verónica
-Vero- me interrumpió
-Vero- le imite
-bueno, ahora tendré que ir a dejar esto a las otras oficinas- señalo las cosas que traía en las manos
-no se preocupe, yo las puedo llevar, así usted ya se puede quedar aquí
- ¿enserio mi niña?
-por supuesto no se preocupe, solo dígame en que oficina las dejo
-mira, lo que tienes en tus manos va en la oficina de al lado
-ok, permítame, ahorita regreso,
Al entrar a la oficina que Vero me había indicado pude observar una pared llena de constancias y certificados de congresos y cursos, la persona que trabajaba en ese lugar debía ser alguien muy preparado, me acerque al escritorio y coloque las cosas. Después de eso regrese con Vero para llevar lo que faltaba a la otra oficina, esta a diferencia de la otra, tenía una vista espectacular, al contar con pocos muebles y ventanales gigantes daba la sensación de ser un espacio grande, ya lo era, pero con esos detalles lo hacía ver inmenso. Me acerque al escritorio repitiendo el mismo proceso que había realizado anteriormente, con la diferencia que ahora me acerque al ventanal para apreciar la vista
-es hermosa- dije para mí misma
No sé cuánto tiempo permanecí ahí, ni siquiera sabía cuánto tiempo había permanecido ahí hasta que un mensaje de Meli me trajo a la realidad
M:¿Dónde estás?
S:En el último piso, bajo en un momento
Después de haberle respondido a Meli, me acerqué a la oficina de la señorita Vero, iba a acercarme, pero ella se encontraba hablando con un hombre alto vestido con un pantalón de mezclilla, un saco azul y tenis blancos, no le pude ver el rostro porque estaba de espaldas. Me quería despedir de Vero, pero no quería interrumpir así que me quedé en la puerta esperando que me viera para despedirme de ella
- ¡mi niña! - dijo con alegría
-Buen día- salude a la persona que estaba ahí- señorita Vero perdón por interrumpir, ya quedo lo que usted me dijo
-muchas gracias, que amable ya te puedes retirar, no te molesto mas
-no se preocupe, no es molestia, si necesita algo y está en mis manos con gusto le ayudo
-si mi niña, lo tomaré en cuenta
-bueno, me retiro, con permiso, que tengan buen día
Le sonreí a la señorita Vero y me dirigí al ascensor.
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Inmarcesible
AcakNo tengo un cuerpo perfecto No soy sociable No soy lo suficientemente interesante para ser el interés romántico de alguien No puedo ver algo bueno en mi Existen personas que desde que nacen la suerte los acoge en sus brazos, otras a las que les escu...