Ahora que no estás

20 1 0
                                    

Ahora que no estás no hay nada que hacer. Después de todo ahora el viento se lleva todo, el frío se acerca y mi tiempo se detiene. Pienso mucho en la vida y con los recuerdos veo pequeñas fotos tuyas y brotan en mis recuerdos el pensamiento latente de tu presencia, aunque de mis sentimientos no queda casi nada; pues me he convertido en una mala historia, en algo nuevo que ahora no comprendo del todo. Si te quedas aquí jamás vivirás lo que tu deseas, jamás vivirás en lo que quieres realmente y ahora que no estás hay un silencio penetrante en las paredes, desde que te has ido nadie ha entrado en tu habitación, las cosas siguen igual y yo sigo sentada en el mismo lugar. Es que estan dificil después de todo, la gente sonríe y yo vivo congelada en el eterno ayer, cuando pude haber sido un poco más feliz o infeliz, no estoy segura de cómo se sentía en ese entonces, pues la ausencia en la que vivía me fue matando poco a poco. 

Ya no creo en nada, tampoco vivo para alguien. Me dijiste tantas cosas pero no fui capaz de creerte, lo intenté pero dentro de mí sabía que nada estaba bien, sabía que había mentiras, sabía que ya no había amor.

Ahora las cosas son distintas, tu aroma viene y se va con el viento. Tus recuerdos aparecen cuando tengo miedo y las memorias regresan con la sensación de haber sido solamente un sueño y poco a poco se olvida como se sentía, se olvida tu voz y la felicidad que llegué a sentir.

Ahora que no estas no me puedo imaginar qué va a ser de mi, porque todo lo que quiero se ha ido, porque has tomado gran parte de mí y aunque sepa que no te importan mis sentimientos puedo comprender que el amor que sentí existía solamente para mí. 

La desilución se ha quedado tan impregnada en mí y aunque me mató ahora vivo con ella y el amor se ha adormecido en mi ser. La venda de mis ojos se mantiene y la soledad ahora es algo con lo que vivo porque es la única compañía que conozco. Me muestro tan firme en el día y en la noche escucho susurros de mis temores, quienes me dicen que ahora ya no estás, me recuerdan que el amor duele y es cuando me abrazo, cierro mis ojos y pienso en solamente terminar de olvidarte un poco más, porque sé que para tí no significo nada más y me estas olvidando en brazos ajenos que prefiero ya no pensar.

Es la hora del té,

es momento de contar historias.

La magia con la que describes las cosas es única,

detalla el aspecto más recóndito y especial.

Te busco en las tarde de charlas largas,

en el ocaso y la brisa del mar,

en la luz de mi memoria.

Recuerda mantener el libro abierto,

para el laverinto del escondite de la casa.

Me llamas através de las letras y de la poesía, 

através de el lente mágico y las historias de héroes de antaño.

Llamaradas de tu nombre y casas en el desierto.

Arrullos de tardes color rojizo en el cielo, brillas en la luz del océano,

mares que me traen de regreso.

Voces en el llamado de tu triste reflejo.

Lista para una taza de té de nuevo.

-Arlette, 2021

Tardes de café y memorias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora