ℹ️-Omegaverse. ℹ️-T/n responde a pronombres femeninos.
Blackpink en el omegaverse/ ¿Serían alfas o betas?/ (Tn) Omega.
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❥︎---𝐋𝐚𝐥𝐢𝐬𝐚.
Ustedes serían una pareja extraña, ninguna encajaba en los estándares arraigados a su papel social, Lisa no es una alfa imponente y brava, y tú no eres una omega sumisa y tímida, en realidad a los ojos de Maoban eras la omega más perfecta que había conocido y se sentía muy agradecida de que hubieras decidido estar con ella:
—Cielo, camina más rápido, no quiero llegar tarde a filosofía, el profesor nos matará. —Decías prácticamente arrastrandola atravez del campo de soccer, esperando que al viejo señor Butcher se le hubiera echo tan tarde como a ustedes.
—¿Amor, hueles eso? —Lisa se detuvo rápidamente, logrando casi tirarte por lo tensa que se había puesto de repente.
—No, claro que no... Espera, si, ese olor...
—!Miedo/Miedo! —Gritaron ambas, casi en coro. El inusual aroma no las habría puesto tan alerta si no fuera porque estaba acompañado de algunas notas de excitación por parte de un alpha, lo que significaba que muy cerca de ustedes había un omega teniendo una incomoda y peligrosa situación.
Sin esperar nada, Lisa de nuevo fue arrastrada en busca de la fuente de ese dulce —aunque agrio, a ojos de la muy enamorada Lisa— gusto.
—!Déjalo en paz! —Gritaste a el rubia que acorralaba contra la pared a un muchacho de lentes.
—¿Pero que tenemos aquí? Una pequeña omega. —El rubio pareció no percatarse de la presencia de Lisa o simplemente la ignoro, pues con pasos bufonescos se acercó hacia ti. Jamás habrías criticado la apariencia de nadie, pero ese chico era la excepción, de brazos anchos y torso corpulento, probablemente por matarse en el gimnasio, lastima que no podía hacer lo mismo con su cerebro, caminando a pisotones hacia ti y con una grotesca sonrisa.
—¿También quieres un poco de atención, pequeña omega? —Canturreo lo último con un tono que te hizo asquear inmediatamente.
-Deja en paz al chico. -Repetiste con la mandíbula tensa y las manos enmarañadas en un par de puños.
—¿O que vas a hacerme? ¿Llamaras a tu alfa? —Su rostro se torno de un pálido blanquecino al sentir a alguien sostener su hombro, mirando rápidamente a sus espaldas para encontrarse con la dueña de esa voz.
—No hará falta, ya estoy aquí. —Lastima que esa mueca de horror se borró en cuanto vio a tu diminuta —comparada con el— novia.
—No me hagan reír, par de niñas, mejor vayanse antes de que las cosas se pongan feas. —Sus ojos casi se ponen en blanco al sentir tu pie impactar contra sus testículos, sintió como el aire abandonaba su cuerpo, y al poco tiempo no los vio por las lágrimas que empañaban sus ojos.
—!Perdón, cosas de omegas tontos! —Gritaste alejándote junto al de lentes, y tu novia.
La sociedad diría que eran una pareja extraña, pero lo extraño es divertido.
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