Corazones al Descubierto.

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Arianhrod POV.

  La oscuridad del Dormitorio y encontrarlo tan vacío me hicieron preguntarme qué tal se la estaban pasando mis dos mejores amigos. Aunque parezca lo contrario, no soy una maldita perra sin corazón, solamente que pienso que las cosas deben hacerse correctas incluso aunque cuesten el mundo. No soy una persona fácil de querer, pero digamos que tengo un cuidadoso código de honor... cosa que saben los que me conocen bien, por pocos que sean.

A mi lado, Theodore ha estado mucho más calmado de lo normal, lo que me dice que en realidad no lo está en lo absoluto: Quizá lo que quiero que suceda hoy lo ha inquietado y esa perspectiva me duele mucho porque aunque aparentamos ser la pareja perfecta, en realidad hemos luchado muy  duro para sacar adelante nuestra relación y él es el único capaz de hacerme sentirme polvo, ya sea por el daño que se hace o por las dificultades que tenemos que enfrentar para estar juntos.

Aún así, soy bastante íntegra y hace mucho que decidí que llegaré todo lo lejos que pueda con él, porque no existe otro lugar en donde desee estar más. En cierto modo no me espanta el futuro: No si él está ahí. 

Es él quien está conduciéndome en la penumbra y lo veo buscar algo en su baúl por lo que al final tiene que soltarme la mano y me siento extraña sin su tacto: Por primera vez, no tengo nada qué decir. 

Me armo de paciencia: Ya sabía que esto no sería tan fácil como todo lo demás, que ha venido a nosotros de forma bastante natural.

Y lo veo tomar un cigarro. Okay, ahora me empiezo a preocupar...

Y entonces, oh diablos, lo veo sonreírme de forma tranquilizadora, aunque pícara, también.

- No me mires así, Ari.- me dice elevando las cejas.- Esa mirada ya no te queda para nada. Encontré tu paquete de cigarros ayer. - 

Miles de pensamientos tienen tiempo de circular en mi mente, pero antes de que pueda decir nada, él se cruza de brazos, tranquilamente recargado en su cama y me dice:

- Personalmente es un poco injusto, ya que me has dejado pensar que mi hábito de fumar no te gusta mucho y hasta he pensado en dejarlo, sólo por darte la satisfacción... Imagina la sorpresa que me llevé cuando descubro una cajetilla de cigarros de clavo en la base de tu cama y empiezo a sumar dos más dos.- Su risa es suave y no pretende ser burlona, aunque me siento un poco tonta en ese momento.- ¿Eso era lo que hacías en la biblioteca cuando no estabas conmigo?-

Por un minuto me siento culpable y bajo la mirada: Cuando hay una confianza absoluta, incluso los secretos más tontos saben a amargura y cuando realmente no hay una razón para esconder algo así, se pone aún peor. Aún así respiro profundo para responder: Tampoco es tan importante, o un crimen y él lo sabe o no estaría tan tranquilo. No es del tipo controlador, y probablemente tiene curiosidad; pero esta parte de mí, se siente incluso más delicada que lo que vamos a hacer esta noche.

- Lo siento.- le digo, mirándolo, nerviosa, pero todavía calmada.- No quería que te sintieras culpable por fumar, ni me siento culpable por hacerlo, solamente... me gusta pasar tiempo a solas con un cigarro en la mano.-

Algo en mi expresión debe delatar mi incomodidad, porque su gesto dulce se pone serio de repente.

- Hey.- alza mi cara para que lo mire.- Lo siento. No quería invadir tu intimidad. Estaba buscando tu diccionario de runas porque olvidé el mío en el salón y como sé que lo guardas ahí...

No sé por qué hoy me siento tan sensible, quizá tiene que ver con que estoy harta de esconderme, pero no puedo evitar que una lágrima se escape de mis ojos. Aquí está él, Theodore Nott, la persona que más me ama en el mundo, simplemente preguntando por qué  no le dije que fumo un cigarro cada tres semanas más o menos cuando él fuma diario probablemente media cajetilla y lo único que se me ocurre decir que quiero tiempo a solas...

La Pelea.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora