Ante tu Vulnerabilidad.

21 0 0
                                    

Arianhrod POV.

Estoy asustada. Me gustaría decir que no lo estoy y que es sólo amor lo que me llena pero estoy demasiado consciente de que hay dos amigos míos jugándosela a decir verdades escondidas en una habitación cercana mientras yo navego en el amor de la pasión por primera vez, con el hombre de mi vida.

En este momento tan especial, tan específico, lo miro como cualquier otro día y siento que acabo de conocerlo, que apenas lo observo como debería observarlo siempre. Lo conozco desde hace cinco años y a veces ese tiempo se siente como una eternidad: Hoy, es sólo el parpadeo rápido del ojo de un pájaro.

Y si... ahí, ahí está, el apasionado amor que me hace seguirlo a todos lados, la sensación de pertenencia y predestinación que hace que mi mundo se ponga de cabeza y yo me sienta viva con cada latido de mi corazón.

Con cuidado, dejo que la marea de la emoción llegue a mi para moverme y una vez inspirada lo tomo de la mano y lo hago pararse junto a mí entre su cama y la de Blaise, que está vacía.

A pesar de que nos movemos, mis ojos nunca abandonan su mirada y esos límpidos ojos azules me están preguntando sin hablar qué estoy haciendo. Confiando. Asustado también, pero entendiendo.

Poco a poco.

Cuando los dos estamos en semipenumbra, tan juntos que la breve distancia entre nosotros es casi dolorosa, deshago la corbata verde de Slytherin que lleva puesta y con movimientos suaves desabotono su camisa hasta que dejo a la vista su pálido cuello y un collar con una joya blanca que le regalé en secreto, hace un año.

- ¿Te acuerdas del día en que te la entregué?- le pregunto, rozando el collar con los dedos y dedicándole mi más dulce sonrisa.

Sus ojos están oscurecidos por la concentración y el deseo que nace en su interior y verlo hace que todo mi cuerpo se estremezca: Será esta noche, lo puedo sentir.

- Ese día te prometí que siempre encontraría mi camino hacía ti.- seguí hablando, marcando el camino de modo que pudiera encontrar la valentía para andarlo y que él me acompañara.

Theodore me siguió y me besó en aquel momento, desatando la tormenta que era nuestra vida. Pude sentir cómo ambos encajábamos, inconscientemente como una llave y su cerradura y también sentí como él me despojaba de la parte de arriba de mi níveo vestido, y del sujetador, a tientas, lento, suave, como jugando a leer en Braille entre las líneas de mi organismo.

Y sentí que me hundía en agua fría. Merlín, era él, el único al que le permitiría algo como eso, en quien confiaba y a quien amaba más que a mi vida... ¿Por qué tenía tanto miedo?

Abrí los ojos solo para ver que él, consciente, amable, me estaba esperando.

Porque sabía lo que pasaba. Y quería saber cómo manejarlo.

Nos contemplamos durante algunos minutos. Por consideración, la mirada de él no descendió a mi cuerpo, no mientras yo no brindara el permiso. Sin embargo, sus ojos danzaban, afiebrados, y me di cuenta que en verdad lo deseaba.

Verme. Tal cual era. Sin esconder nada. Sin juzgar nada. Sólo él y yo, en esa espiral donde no nos habíamos atrevido nunca a sumergirnos.

Fueron esos ojos anhelantes, esa hambre con la que yo también hacía mucho lidiaba, lo que me impulsó para seguir.

En lugar de usar mis brazos para cubrirme o dar un paso hacia la confortante oscuridad de esa parte de la habitación, di el paso hacia delante.

Dejando que me mirara. Relajándome lo suficiente para que fuera natural. Y asintiendo a la muda pregunta en sus ojos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 14, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La Pelea.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora