━❝𝗖𝗜𝗡𝗖𝗨𝗘𝗡𝗧𝗔 𝗥𝗔𝗭𝗢𝗡𝗘𝗦 𝗣𝗔𝗥𝗔 𝗔𝗠𝗔𝗥❞ ፧ 𝗞𝗘𝗜𝗚𝗢 𝗧𝗔𝗞𝗔𝗠𝗜

╰☆╮Razón N°35.

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☁️A veces hablaría un poco de ti frente a los periodistas.☁️
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—Y bien, Hawks, ¿qué piensa sobre la disminución de los crímenes en Japón?—.

—Pensaría que, todo esto es gracias a mis compañeros que siempre velan por ustedes los civiles, ya sabes, es nuestro trabajo—.

Y ahí se encontraba Hawks, frente a algunas cámaras y reporteros que su atención sólo era centrada en el héroe número dos. Había transcurrido media hora aproximadamente, en dónde permanecía con sus expresiones relajadas y confiadas. Ofreciendo una característica sonrisa y orgullo de sí mismo.

Luego de un arduo trabajo en el patrullaje, evitando centenares de crímenes y robos, ya era costumbre que algún reportero o prensa lo buscase en busca de información concreta. ¿Y quién mejor para apaciguar la curiosidad de los reporteros que el héroe número dos?

Las brisas de la tarde se hacía presente, mientras el sol se escondía en el horizonte apunto de dejar a la luz las brillantes estrellas que de poco en poco se marcarían al oscurecer.

—¡Hawks!—Gritaba uno de los periodistas del lugar.—Dejando de lado las preguntas referentes a su trabajo de heroísmo. ¿Usted en algún momento ha pensado en tener una relación amorosa?—.

—¿A qué viene eso?—Pronunciaba con simpleza.

—¿Sabe usted cuántas fanáticas están detrás de usted por su popularidad como héroe?—.

—¡Por supuesto que sí!—Contestaba risueño.

—¿No estaría usted encantado de salir con alguna de sus fan's?—.

—Admito que aprecio a todos aquellos seguidores, pero mi corazón ya es perteneciente a alguien más.—Respondía sin titubear.

La expresión de la prensa parecía estar atónita ante ello, dejando así, la curiosidad de indagar más al respecto, volviendo a todos locos con preguntas sin fin al tratar de tomar el control sobre ello.

—¡Señor, Hawks! ¿Las sospechas de una relación amorosa realmente son confirmadas?—.

—¿Para qué negar la relación que llevo con la hermosa mujer que me espera en casa?—Respondía nuevamente con una interrogante.—Si me disculpan, me retiro.—Decía finalmente al desplegar sus alas rojizas.

—¡Hawks! ¿La prensa merece conocer una información más específica!—Gritaba un hombre con anteojos.

—Lo lamento, pero no será posible compartir información de mi bella mujer.—Respondía con picaresca.—Desearía quedarme más tiempo con ustedes, pero es de mala educación que mi dama espere más de lo debido—.

Respondió finalmente hasta dejar a la prensa con expresiones curiosas junto con la palabra en la boca. Sus alas revoloteaban hasta llegar a una altitud considerable para dejar de tener la atención de los reporteros.

—Si supieran lo hermosa que es, yo me quedaría muy pequeño a su lado.—Susurraba Keigo al pensar en ella.