-¡Señorita maestra, cásese conmigo!- Una pequeña niña de no más de 10 años le pidió a su maestra, quien solo le sonrió y siguió rondando por el aula para seguir instruyendo a sus alumnos con la tarea asignada. La pequeña niña la siguió con la mirada, con una bella sonrisa y ojos entrecerrados que tan solo se vio por unos segundos, al recordar su tarea por terminar, bajó la cabeza y continuó escribiendo.
[...]
-Señorita maestra, cásese conmigo!- exclamó la misma niña otra vez, ya se había vuelto rutina, todos los lunes al instante que cruza la puerta del salón, la pequeña niña le atacaba con la misma propuesta de matrimonio. Su maestra sólo la mira de reojo y le da una nerviosa sonrisa, la niña de ahora 12 años le dio un abrazo y una sonrisa para luego alejarse a su silla y hablar con su amiga Patricia, siendo la pequeña quien hablaba sin parar mientras que su amiga le parecía ignorar.
-Señorita maestra, cásese conmigo!- 7 años habían pasado desde la primera vez que escuchó a la pequeña de 8 años decir eso, quien recientemente cumplió 15 y aún así todos los lunes le repite la misma frase, nunca le puso mucha atención. tampoco era que la pequeña destaque mucho, aun así siempre tuvo este extraño sentimiento en su estomago al acercarse a la niña, mientras mas atención le daba, mas crecía este sentimiento, unas horribles ganas de vomitar, las gruesas lagrimas acumulándose en sus ojos junto a ese distinguible nudo en su garganta.
Todos parecían ignorar a la niña, ya sean adultos, animales, sus compañeros, todos. Ella no era la diferencia ya que sus interacciones no pasaban de las sonrisas nerviosas, correcciones ocasionales y las palabras que le dedicaba la menor todos los lunes.
[...]
Ya nueve años pasaron. Hace tres semanas no ve a la pequeña, sin embargo todos los lunes sus palabras resonaban en la cabeza de su maestra, trayendo las mismas ganas de vomitar que sentía al acercarse a la niña, a veces pudiendo jurar que la niña estaba a su lado, entregándole estas palabras inocentemente.
Ahora mismo se encontraba en los pasillos del supermercado haciendo sus compras como cada mes, hasta que sintió esta extraña pero familiar sensación florecer en su estomago, y, al momento de subir sus mirada pudo ver aquella cara tan familiar,
Una niña de pelo largo y ondulado de un castaño claro, casi rubio, unos bellos ojos negros y grandes como el cielo nocturno y una piel enfermizamente blanca.
Con terror desbordando por sus ojos dio un paso hacia atrás, queriendo correr pero sin poder hacerlo debido al congelamiento de sus articulaciones. después de tres semanas de casi paz, volver a ver aquella niña invisible a ojos ajenos se sentía como una pesadilla.
-señorita maestra, cásese conmigo!- sonrió la niña de ahora 17 años. Su maestra no pudo evitar prestarle atención a su preocupante físico, provocando que lagrimas aparezcan en sus ojos, pero con toda su fuerza evito que salgan.
Con un suspiro pesado y con falsa calma siguió caminando. Con el paso de los años había aprendido que el ignorar a los muertos los regresaba de donde venían.
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13 Años de Imaginación.
RandomDiversos cuentos ficcionarios de un escritor principiante. Contenido: Thriller. Mención de sangre, muertes y temas parecidos. Misterio