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TaeHyung suspiró mientras se veía una y otra vez en el espejo. Asqueado de él mismo. Si, había estado yendo al gimnasio y había bajado unos cuatro kilos, pero el cambió no era tan notorio a como se suponía. Seguía teniendo unas feas lonjas, comenzó a notar las estrías en sus caderas y piernas debido a la pérdida de peso, su cara permanecía igual de rechoncha. Lo único que lograba consolarlo era su abdomen -el cual ya no colgaba- y sus brazos que lucían más delgados.

Te ves igual de asqueroso, cerdo.

Negó con la cabeza, sacando esos pensamientos de su cabeza. Dejó de contemplarse para empezar a vestirse. Su atuendo constaba de un suéter grande de lana blanco con detalles en gris y un pantalón negro holgado. Nada fuera de lo común, parecía un anciano, pero prefería no usar nada apretado.

Se sentía ansioso. TaeHyung sólo quería que todo saliera bien.

一 ¡TaeHyungie bebé, te busca el niño bonito!─Su madre le gritó desde el primer piso.

Su rostro se tornó rojo y caliente, su madre no era la persona más callada y discreta del mundo. No volvió a mirarse en el espejo y simplemente salió de la habitación con los nervios a flor de piel. Bajó las escaleras con lentitud y torpeza, sus piernas temblaban y su pulso se encontraba demasiado acelerado.

Una vez que estuvo en la sala, contuvo el aliento. Min YoonGi se encontraba sentado en el sofá favorito de su padre, luciendo igual de perfecto que siempre, pero lo que más llamó la atención fue verlo vestido con otra cosa que no fuera su uniforme. Vestía una camiseta blanca, un pantalón de cuero negro y una chaqueta y unas botas militares del mismo color. Parecía un bad boy de novela cliché. TaeHyung suspiró anonado, YoonGi siempre lograba sorprenderle con aquella belleza única. Sus ojos hicieron contacto con los contrarios, los apartó casi enseguida.

一 Hola ─El gordito se apresuró a saludar haciendo una rápida y torpe reverencia.

YoonGi se levantó del sofá imitando la acción de TaeHyung, quien dio gracias a los santos por el hecho de que su madre no se encontraba con ellos, ya se sentía demasiado avergonzado.

一 H-hola, te ves muy bonito ─ YoonGi halagó al gordito con las mejillas levemente rojas.

一 Gracias. ─ El mayor agradeció en un murmullo, con la cabeza gacha.

一 Creo que deberíamos irnos.

TaeHyung asintió ante la sugerencia de YoonGi, quien se acercó a su cuerpo con duda. Kim respiró pesado cuando Min estuvo lo suficientemente acerca como para oír su respiración algo frenética. Una mano del menor fue a parar a la mejilla de Kim, acariciándola con un cariño inimaginable, la otra se entrelazó con una de las suyas, dando un leve apretón. TaeHyung tuvo esa sensación de que iba a morir de la emoción.

一 Vamos. ─Susurró YoonGi con voz ronca.

Sweet ✧ YoonTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora