Capítulo 6

2.8K 289 181
                                    

Narra Valentin

Yisus

Oh, yisus. Llevame a tu lado.

Mi cabeza, mi cabeza me está matando. Siento como si agujas se estuvieran clavando una y otra vez. Sí, es el dolor que se siente al tener resaca. 

Como puedo abro mis ojos y me quejo en voz alta. Nunca mas, nunca mas voy a beber de ese modo. Mi estómago también me está matando. Estoy sorprendido de que no esté lanzando mi vida por el inodoro.

Siento un cuerpo apretarse a mí, abrazándose mas si es que es posible. Ezequiel. Me giro a mirarlo, su cabeza está apoyada en mi pecho, tiene su boca abierta y un camino de baba se escurre por la comisura de su labio. Sonrió como imbécil, sigo enamorado de este hombre, del mismo modo que cuando tenia 17 años. 

Puedo pasar horas y horas, mirándolo. Y sé que no me voy a cansar. Lo amo, lo amo tanto que no lo puedo explicar con palabras. Las palabras se sentirían vacías si tratara de explicarlo. Pasamos por tantas cosas juntos.

Uh, la resaca me hizo mas imbécil y cursi, si es que es posible. Bueno, es la excusa perfecta para estar teniendo esos pensamientos de tonto enamorado a esta hora de la mañana.

No me importa

Realmente no me importa ser un tonto enamorado. Porque gracias a este amor,  me he convertido en lo que soy.

Acaricio mi tatuaje. Un ave fénix. Es precioso la forma en la que está plasmado sobre mi piel. Está pintado en forma de acuarela con tres colores. Azul, celeste y amarillo entrelazados entre si. Los colores representan los ojos de Ezequiel. Estos colores están en ellos.  Cuándo él esta triste sus ojos se oscurecen y se hacen azules. Un azul oscuro tan profundo que te hace perder. Pero cuando él está feliz, sus ojos brillan de un celeste tan intenso, que opaca a todos a su alrededor. Transmite tantas emociones a través de ellos. Y amarillo,  siempre tiene ese amarillo suave alrededor de sus pupilas. Aunque solo se nota cuando lo miras muy de cerca.

Mis sentimientos están plasmados en este tatuaje. Es importante. Es un recordatorio de que yo puedo. Puedo con todo. Porque me quemé, me convertí en cenizas y luego volví a resurgir mas fuerte que nunca.

Cliché ¿verdad?

Pero, no me importa

Mi yo adolescente estaba roto, tan roto que no me había dado cuenta. 

La muerte de mi mamá. Me partió en pedazos.

Y luego mi padre, actuando de ese modo tan cruel, terminó de romperme por completo.

Y yo, solo era piezas rotas. Tan rotas que respiraba por inercia. Aire impuro, aire con sabor a dolor.

Hasta que apareció él.

Ezequiel

Cliché. Pero es real. Tan real.

Él unió cada pieza rota, una por una. Sin darse cuenta, él me salvó.

Y pude respirar aire puro, por fin.

Saltamos muchas etapas juntos, como pareja, como personas individuales. Nos perdimos muchas cosas.

Pero no me importa. No nos importa.

Hoy nos convertimos en lo que somos gracias a eso. 

Mi mamá estaría muy orgullosa.

Lucía también lo está. Es mi segunda mamá. Ella ayudó a unir mis pedazos también.

Más allá de lo InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora