Hay momentos crueles, instantes borrosos, sombras que gritan y recitan la misma frase.
Hay tanta gente queriendo hablar, tantas personas queriendo opinar, diciendo lo mismo al final.
De tantas velas que enciendo, todas se apagan en el intento, tantas maneras de gritar y sólo sé hacerlo en silencio.
Se grita estresado, rápido, ahuyentando, guardando aquello que se necesita curar.
Hay tanta oscuridad aquí... se siente distante, se siente débil, a miles de millas de mí.
Yo que soy de brillar y apagarme es lo mejor que se me da, a mí que me gusta cerrar grietas, hoy me veo muy rota bajo el disfraz.
Son momentos crueles... son instantes borrosos.Una cosita antigua. Pese a todo lo que expresé alguna vez, hoy estoy conforme con mis gritos silenciosos y sin oscuridad cerca...
Escuchando "mi héroe" de fondo, afirmo que soy mi propia heroína. Y creo que todos tenemos que pensar así, nadie vendrá a salvarnos. Nos salvamos nosotros mismos y lamemos nuestras propias heridas.No me acuerdo exactamente cuando escribí esto pero durante mi adolescencia, eso lo tengo claro. Consta decir que ante una experiencia cruel el cerebro experimenta cierta distorsión en la realidad, como si quisiese desconectarse ante tal situación. Por eso son instantes borrosos, porque aunque veas todo con claridad mediante tus ojos , la sensación que uno tiene es la misma. Solo que esta vez se te nublan los sentidos en general, menos la vista o sí, depende de las lágrimas.
Aunque consta decir que recuerdo la sensación al leer esto y no la experiencia que causó que lo escriba.
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Memorias De Un Alma En Pena
Non-FictionEsta vida mundanal... que a veces caótica y otras mágica.