Comencé a ponerme de pie.—¿Que haces? — preguntó mirándome y poniéndose de pie.
—Oh, ya despertaste — me coloqué mis botas.
—Oye, no — me quito mi bota.
—Ey, dame eso — se la intente quitar pero sentí como si un ligamento en mi pierna se jalo provocándome dolor me agache tomado mi pierna y dándome cuenta que los puntos se abrieron — agh.
—Carajo — me tomó de la cintura y me ayudó a centrarme en la cama de nuevo — lo siento.
—Debo volver a trabajar — puse mi mano en su hombro apartándolo.
—Pero no puedes.
—No importa, tengo que hacerlo — contenía mis lágrimas por el ardor y la sensación de algo jalarme literalmente — déjame.
—Te harás daño de nuevo — tomó mis caderas con fuerza haciéndome permanecer sentada.
—No lo entiendes, debo hacerlo.
—Por favor.
—¿Que carajo te pasa? ¿Que te importa si me desangro o no? — lo empuje — si no voy no llegaré a mañana, ¿entiendes? — tome mi bota y traté de ponérmela, no podía doblar mi pierna eso abriría aún más los puntos, mire el reloj, faltaban quise minutos y él pinto de inicio a cinco a como camino a diez, estoy muerta.
Tomó mi brazo y me dirigió a la cama de nuevo, me senté ahí y se arrodilló en el suelo ayudándome a colocármela —¿Segura que puedes?
—Deja de mirarme así — me puse de pie y él también.
—No estaba mirándote.
—Okay — tome mi máscara y comencé a acomodármela.
—E-es verdad.
—Como digas.
—Te lo di..
—Ay, ya, callate, Te dije que esta bien — termine de colocar mi cáscara.
—Y-yo.
—¿Que?
—Nada — suspiré y comencé a salir — date prisa — lo mire y traía puerta una máscara de cuadrado — ¿De donde sacaste eso?
—Y-yo, es que.
—No la uses dos veces, no quiero volver a ver esa máscara ¿Entiendes?
—¿Por qué tendría que hacer lo que dices?
—¿Sabes que?, no lo hagas, no me obedezcas, lárgate, vete a hacer lo que quieras, ya tuve suficientes problemas contigo.
[ººº]
—El juego especial fue todo un éxito señor — dije mientras trataba de que mi voz no se cortara por el dolor.
—Bien, pueden retirarse, cero quédate — todos salieron menos yo, se acercó a mi y me tomó del brazo y cintura para llevarme a una cilla — ¿Y él?
—¿Siempre es tan insoportable? — pregunte mientras miraba como él miraba mi herida.
—Es muy terco.
—Oh, créame me di cuenta.
—¿Por qué se soltaron los puntos?
—El me quitó mi bota y estuve tratando de quitársela — me encogí de hombros al darme cuenta que me miraba — mmgh— me quejé al sentir la aguja.
—¿En donde esta?
—Se molesto porque le dije que no se colocara otras máscaras.
—Te dije que te asegurarás de que no hiciera estupideces.