Hechizo del Tiempo (Reescribiendo)

¿Quién eres tú?

Wei Wuxian confundido mira a su alrededor, se da cuenta que esta en la secta Jiang. No tenía idea de cómo llego hasta ahí. Tampoco quería preguntar.

Su mente confusa permitió analizar los sonidos a su alrededor

¿Qué está sucediendo? se preguntaba.

¿Por qué Madame Yu está aquí? ¿Acaso la primera voz que escuché fue la de Jiang Yanli? Pero, ¿No se supone que estaban muertas?

Y ¿A quién le habla para que se quede quieto, si yo no puedo moverme?

Cuando finalmente mis ojos parecen acostumbrarse a la luz, me permite ver siluetas, hasta que por fin logro ver sus rostros. Esos rostros que jamás pensé que volvería a ver. Pero, ¿Qué diablos hacen aquí? O mejor aún, ¿Qué hago yo aquí?

Otro grito resuena en la habitación.

—Wei Wuxian, deja de fastidiar por una vez

Ese grito inconfundiblemente fue de Jiang Cheng.

A lo que claramente el inquieto Wei Wuxian ignoró y se acercó más —Pero mi shimei, ¿Cómo podría ser esto peligroso? Es claro lo que pasa... ¿No lo crees, mi dulce shimei?— Al parecer, Wei Wuxian estaba muy interesado en esta persona que se encontraba en la cama y no dejaba de acercarse para poder verlo mejor.

—¿A quién le dices shimei? ¡A quién le dices shimei, idiota!— grito nuevamente Jiang Cheng.

Jiang Yanli que había estado observando con preocupación al sujeto en la cama, les advirtió —A-Cheng, cálmate. Guarden silencio, parece que él está despertando. Guarden silencio.

Jiang Cheng que estaba listo para encestarle un golpe al inquieto de Wei Wuxian, se detuvo. Aún con su ceño fruncido, atento a la expectativa de aquella figura que estaba acostada desde hacía un buen tiempo en esa habitación, la cual llevaban días visitándolo, esperando el día en que el sujeto despertara.

Tal parece que todos guardaron la respiración cuando vieron que los ojos de aquel hombre se abrían poco a poco. Parecía que no podía ver, su mirada no enfocaba, parecía como si no reconociera lo que tenía al frente.

O que no creía ver lo que tenía frente a él.

Incluso Wei Wuxian, que hasta ahora mostraba una curiosidad palpable, se queda inmóvil. Por fin, la figura, que llevaba días sumida en un letargo, parece recobrar la consciencia. Jiang Yanli, al notar este cambio, se apresura a buscar a sus padres para comunicarles la noticia de que el misterioso hombre ha despertado. Su llegada inicia una serie de interrogantes sobre quién es este individuo, gravemente herido, que se asemeja tanto al revoltoso discípulo de Yunmeng Jiang.

El extraño sujeto que habían encontrado hacía unos días, tan mal herido que ni siquiera podía respirar correctamente. Algo que la familia principal Jiang estaba muy curiosa, ya que esta persona se parecía tanto al discípulo revoltoso de Yunmeng Jiang, a su discípulo principal, a Wei Ying. Esto, claramente, fue absurdo, pero a medida que el sujeto iba mejorando e iba curando sus heridas y la hinchazón de su rostro, se parecía mucho a él, solo que un poco mayor, y con un rostro más maduro.

Sin embargo, este hombre, además de poseer una apariencia más madura, muestra las cicatrices de heridas profundas que hablan de un pasado turbulento. La curiosidad se despierta en Jiang Cheng, y en todos los presentes, sobre la historia de este individuo.

Jiang Cheng pensaba que el parecido con su hermano del alma era innegable, eran claramente similares, salvo que el sujeto que estaba postrado tenía una apariencia mayor, más musculatura, era más alto, pero estaba increíblemente delgado, su tez era pálida, casi como un muerto. Era increíble cómo había sobrevivido con todas las heridas que tenía en su cuerpo. Realmente tenía mucha curiosidad por esta persona, así como Wei Wuxian, se notaba más curioso que nunca. Era claro el porqué, tener al frente a otra persona muy parecida a ti es intrigante. Tenían muchas preguntas en mente, pero ninguna palabra salía antes de pronunciar la pregunta que tenían desde que lo vieron: ¿Quién eres?