Fate/DxD: La espada del cielo

Capitulo 9: Galaad

Capítulo 9: Galaad

No soy dueño de Fate / stay night o High School DxD.

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"Estas páginas no son mi confesión, son mi vida. Y siento, cuando empiezo a escribirlas, que puedo escribirlas con cierta apariencia de verdad". - Fernando Pessoa

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"¿Sabes cuál es el problema, Ephraim?"

Estaba dentro de una sala, una designada para los Serafines. La blancura de las paredes me fulminó con la mirada, lo que hizo que mis ojos parpadearan mientras se ajustaban a la iluminación.

Escuché dos voces.

Uno, profundo y masculino. Y el otro, suave y femenino. Estaban discutiendo un asunto del que yo tenía una idea, así que me empujé a una posición sentada y me encontré bajo el escrutinio de los dos Ángeles.

Ephraim, el médico jefe de Rit Zein, una organización de ángeles de cuatro alas que sirvieron como sanadores de los cielos. El hombre era de estatura media, con el pelo rubio de un Ángel Puro y ojos celestes. Estaba vestido con túnicas similares a las de los médicos modernos, un abrigo largo blanco usado sobre una cómoda ropa.

"Shirō, ¿puedo preguntar?" Preguntó.

Asenti.

"Si bien su reencarnación fue un éxito total, hemos tenido problemas inexplicables en el transcurso de los últimos ocho meses desde el." Él frunció el ceño. "Dime, ¿algo te parece extraño?"

Fruncí el ceño ante eso, mirando hacia Gabriel que miraba preocupado.

Había muchas cosas que sentí que eran extrañas.

Durante los últimos meses, especialmente durante mi tiempo en Kuoh, había sentido la necesidad instintiva de reaccionar. Michael me lo había explicado. Que era natural que los ángeles y los demonios se opusieran entre sí, así que lo había atribuido a eso. Pero recientemente, me había vuelto activamente más agresivo en la batalla.

Hice una mueca cuando un recuerdo resurgió.

"Cuando todavía estaba en mi mundo, durante esa guerra secreta de la que les hablé, todos los involucrados eran enemigos. Y dos de mis compañeros de clase, incluso un maestro, eran Maestros. Estábamos destinados a matarnos para ganar". Yo hablé. "En algún momento, este chico, Shinji, estaba enviando a su sirviente para absorber la fuerza vital de varias estudiantes. Así que decidimos detenerlo, pero alguien más lo atacó primero".

Bajé la mirada a mi mano y la vi apretarse con ira.

"¿Por qué siento tanta ira cuando en ese entonces, incluso después de que secuestró a mi amigo y luego se convirtió en un monstruo, decidí salvarlo?" Abrí mi puño. "Maté a la persona que estaba imponiendo el control mental a Leonardo, incluso después de que dijo que solo estaba siguiendo órdenes".

"No todos los que pueden ser salvados, Shirō. Incluso en mi profesión, he visto morir a muchos sin importar mi deseo de salvarlos". Dijo Efraín. "Sin embargo, tu situación es sustancialmente diferente a la mía".

"En efecto." Gabriel agregó. "Quizás la reencarnación te afectó en un nivel más mental. O tal vez otros asuntos podrían estar afectandote".

Mi mente se remontaba a los recuerdos que había visto de mis experiencias en un futuro que ya no sería. A veces, me preguntaba si el deseo de Archer se hizo realidad después de mi desaparición de nuestro mundo. Él había esperado matarme y luego morir como resultado de eso, pero ¿era eso posible para empezar?