Prologo: Giyuu

843 82 126
                                    


Monstruo.

Era lo único que lo llamaban las personas apenas al verlo.

Un monstruo.

No niño.

No alguien perdido ni alguien solitario.

Solo monstruo...demonio.

Y él no sabia lo que era un demonio. No sabia nada, apenas podía recordar una palabra y era su nombre.

Giyuu, así se llamaba.

No se llamaba "monstruo" o "demonio"...y no había hecho nada malo...

Pero...desde que se despertó en ese bosque, solo y sin recuerdos, con la ropa desgarrada y teñida de rojo, todos se referían a él de esa forma.

...

Arrancarse los colmillos y romperse las uñas nunca fue suficiente, al momento volvían a crecer sin importar cuanto lo intentara para pasar desapercibido. Volvían a crecer...y las personas lo volvían a lastimar. 

Lo intentaban quemar, cortar, asesinar, y Giyuu no podía entender porque.

¿Por qué lo odiaban tanto?

¿Por qué siempre le decían que era un demonio, una abominación, como si ni siquiera debiera existir y cometiera un crimen al respirar?

Había intentado alejarse de las personas, tanto por sus reacciones al verlo como por la única vez en la que intentó atacar a alguien con solo hambre en su ser.

Trató de no luchar contra cada persona con uniforme negro y katana en mano, simplemente buscaba romper sus armas y salir corriendo del lugar sin lastimar a nadie.

Intentó con todas sus fuerzas solamente desaparecer, evitar que otros lo vieran e intentaran hacerle daño, intentar perder a los cazadores cuyo único objetivo era matarlo.

Entonces estaba lo de la sangre.

Quizás por eso lo llamaban demonio, monstruo, porque lo único que podía comer, manteniéndose tercamente firme como segunda naturaleza, era sangre.

Se había reprimido y reprendido desde esa ocasión en la que por primera y ultima vez atacó a alguien por hambruna extrema, su cuerpo se había movido solo y su cabeza se puso en blanco...hasta que una imagen de una mujer con sonrisa cálida, ojos amables y cabello trenzado azabache se sobrepuso a la chica que estuvo a milímetros de rasguñar.

Eso había estado mal.

Lo golpeó con un viento helado.

Supo que eso que había estado por hacer no era bueno, era grotesco, equivocado, estaba mal de una forma que hundió sus entrañas y congeló su espesa sangre.

Se había detenido en ese instante, claridad y resolución, con algo de horror, en su mente, y se disculpó con la voz rota y ronca, y entonces se marchó.

No volvería a atacar a una persona, a levantarle la mano, a mirarle con ojos hambrientos y sed de sangre.

No iba a lastimar a nadie.

No podía.

Era incorrecto.

Estaba mal.

La sola idea le daba nauseas y ganas de vomitar.

No quería volver a hacer eso...

Descubrió que por más que lo empujara necesitaba ingerir un poco de sangre humana cada cierto tiempo.

Nunca, al dormir con su técnica a las personas, jamás tomaba una sola gota más allá de la necesaria. Nunca hacia un rasguño más allá de un par de centímetros de largo. Y nunca dejó desprotegida a la gente que dormía.

Pero...seguía siendo un monstruo en opinión de todos los demás.

Se iba a quedar solo, vagando sin rumbo, sin recuerdos, sin compañía, sin idea de porque lo trataban así, por toda la eternidad, ¿Verdad?

O eso fue lo que pensó...hasta que una tarde nublada, vagando por la nieve blanca de una montaña helada, se encontró con un niño que le sonreía como el sol...

Giyuu, quien nunca supo como se sentían dichos rayos de luz para las personas normales, sabia que ese pelirrojo de grandes ojos que lo miraban fascinados era como el sol.

Cálido, lleno de vida, y con un brillo propio que iluminaba el lugar impidiendo apartar la mirada.



________

Bueno, espero que les guste esta historia, que he tenido la idea metida en la cabeza desde hace meses y todos aquí necesitamos contenido nuevo de esta shipp!!!

Dato curioso: Le di a escoger a mi hermano cual fic publicaba primero; Giyuu doncel o Giyuu demonio. Ya vimos cual eligió.

"Yo tu sol, tu mi luna" |Giyuutan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora