Extraño

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Dio un paso atrás, adrenalina ya corriendo por sus venas.

Lo sabían.

Vete

Ellos lo sabían.

Su cuerpo instintivamente se sobresaltó, sus ojos azules rasgados se desviaron rápidamente hacia los cuchillos y piezas de metal con filo, miedo genuino brillando en sus orbes mientras contaba mentalmente todos los objetos letales en la habitación.

La mujer tenia un cuchillo largo en mano, sus movimientos se habían detenido sobre la tabla de cortar con carne cruda. El hombre tenia otro más corto a su alcance...y si estaba en lo correcto esa cosa cuyo mango sobresalía de debajo de la mesa era un hacha.

Corre, huye.

Tenían la misma mirada...la misma mirada que las personas le lanzaban al verlo, al ver sus ojos, al ver sus uñas, al ver sus dientes, para luego atacarlo, intentarlo matar. Ellos sabían lo que era.

Fuera, fuera, fuera, fuera.

Se tenia que ir. Se tenia que ir ahora.

Dio otro paso atrás, contemplando los ceños fruncidos de los adultos, su respiración inusual preparando sus músculos, intentando salir de la casa cuanto antes por el camino por donde había entrado...O lo intentó.

Tanjirou seguía sosteniendo con firmeza su mano, y Giyuu se dio cuenta por alguna razón que no era capaz de soltar el agarre que sin haberse percatado mantenía casi asustado en la del niño de ojos amables y sonrisa cálida.

Su corazón latió ensordecido y adolorido, un hueco haciendo estragos en su pecho como si hubiera un vacío.

Se dio cuenta de otra cosa. No quería soltarlo, aun si era mucho más fuerte que el niño y no le costaría absolutamente nada de esfuerzo.

Le agradaba Tanjirou, y el pelirrojo parecía también compartir el sentimiento...pero sus padres-

Un apretón reconfortante evitó que intentara alejarse de nuevo.

Pero sus padres sabían, y él acababa de perder hacia poco a los asesinos que habían estado siguiendo su rastro antes, y si se enteraban que había estado en esa casa tras ser "atacado" por la familia entonces enviarían a varios tras él y él no quería lastimar a nadie y solo podía quebrar las armas y correr pero-

Como si el pelirrojo de tez bronceada pudiera sentirlo, como si pudiera escuchar sus pensamientos, le dio otro reconfortante apretón en medio de su agarre calmándolo un poco.

Por eso evitaba a las personas, por eso se mantenía solo, en las sombras, y por eso no abría la boca y hablaba o mostraba sus dientes o trataba de convivir con alguien....porque siempre terminaba huyendo de las personas que querían lastimarlo y los asesinos tendrían un rastro aun estando él solo sin haber hecho nada.

Necesitaba-

"Giyuu, estos son mi mamá y papá" presentó de repente el niño que sostenía su mano sacándolo momentáneamente de su pánico al voltear a verlo con su brillante sonrisa en el rostro transmitiéndole seguridad, su otro brazo libre señalando a los dos adultos en el lugar frente a ellos.

Como si fuera un apaciguador, la tensión que se sentía en la habitación disminuyó y los hombros paralizados de los padres del niño pelirrojo desaparecieron casi por completo, notó Giyuu como sus expresiones se relajaban y se permitió a si mismo tranquilizarse un poco, la necesidad de salir corriendo para perderse entre el bosque cubierto de nieve disminuyendo en su sistema.

"Yo tu sol, tu mi luna" |Giyuutan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora