5. Te agradecería que te aprendieras mi nombre, porque vas a verme muy a menudo.

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5. Te agradecería que te aprendieras mi nombre, porque vas a verme muy a menudo

La presencia de Louis me ponía histérica, literalmente. Quizás estuviera actuando como una exagerada, teniendo en cuenta que apenas lo conocía de haberlo visto varias veces. Pero en todas ellas, él me había mirado por encima del hombro. Se había comportado como un auténtico capullo siendo arrogante y prepotente. Además, me había dejado claro que yo no le gustaba, sentimiento que compartía con él de forma vicerversa.

Así que, para no variar, nuestro encuentro en la puerta de casa fue igual que el de la noche anterior y el de esa misma mañana. Louis no paraba de lanzarme miradas que amenazaban con quemarme con ese inmeso e intenso azul que poseía, y yo solo las esquivaba y fingía concentrarme en la conversación que mi primo mantenía con Megan.

-¿Entonces qué, smiler? ¿te apuntas a la fiesta?-la última palabra que pronunció Liam, entró como un tornado en mi mente y me puso a alerta.

Ni siquiera me detuve a pensar en el apodo que utilizó para nombrar a Megan. Solamente pude pensar en esa maldita palabra: fiesta.

Liam y fiesta no podían ir de la mano, ni siquiera en una misma oración. Esos dos sustantivos juntos solo significaban una cosa: problemas, que posteriormente derivarían en: bronca.

No, no iba a dejar que Liam fuese de fiesta y menos, después de lo de ayer. No iba a volver a actuar como si yo fuese su niñera. Si Liam iba a pasar de mí e irse de fiesta, entonces tendría que asumir las futuras consecuencias él solo. Porque al fin y al cabo, él sería el único que actuaría de forma irresponsable bebiendo y fumando sin control, como había hecho el día anterior.

Suspiré aún centrada en mi idea de dejar a Liam hacer lo que el quisiera, pero entonces advertí cómo Louis comenzaba a sonreír de lado ante mi enfado y confusión. Él era tan gilipollas. Disfrutaba de verme en una encrucijada entre dejar que mi primo siguiera sus pasos, y que lo llevara por el mal camino; o tratar de ayudarlo, y que Liam me mandara a la mierda por pesada y aburrida.

La voz de Megan evitó que le hiciese un gesto a Louis del que probablemente, me habría arrepentido poco después. Por regla general, era demasiado impulsiva y solía pagar la consecuencias a los pocos segundos o durante años, avergonzándome de mis actos.

-Liam, ¿cuántas veces te he dicho que no me llames smiler? Ya no tengo doce años, he crecido-protestó Megan.

-Seguramente, me lo has dicho el mismo número de veces que yo te he dicho que no me llames Li-contraatacó mi primo.

Touché. Envidiaba esos piques, a mí me habría gustado tener a mi lado a un amigo de la infancia que supiese todos mis secretos y cómo hacerme enrojecer, pero las constantes mudanzas por el trabajo de mi padre, habían hecho de ello una misión imposible. Sin duda, yo daría lo que fuese por una relación como la de Liam y Megan. Habían sido amigos de toda la vida, aunque en realidad Liam lo fuese más de Louis, había convivido lo suficiente con Megan como para unirla y admitirla en el grupo. Seguramente, Megan no habría necesitado que nadie la ayudara a socializar, era extrovertida y sin duda despampanante. Ojalá, yo fuese un poco más como ella.

Louis aprovechó mi pequeño bajón emocional para atacar. Louis, a diferencia de su hermana, era implacable y no le daba miedo rebajarse, si eso significaba una gran victoria para su ego.

-¿Y tú Theodora, vienes?-inquirió con su estúpida sonrisa de gilipollas.

Deseaba tanto poder darle una bofetada, pero no, no merecía la pena ensuciarme las manos en alguien como él.

-No me llamo Theodora, me llamo Teddy.-Le dediqué una mirada sin contemplación, que si hubiera sido lanzada por Medusa, lo habría convertido en piedra en un instante.-Te agradecería que te aprendieras mi nombre, porque vas a verme muy a menudo.-Sonreía recordando cómo él se había encargado de decirme que yo no le gustaba porque era una extraña.

Expediente 17. |Z.M & H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora