14. No es una amenaza, es una promesa.

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14. No es una amenaza, es una promesa.

Antes de dar un último vistazo a mi rostro en aquel espejo sucio, tomé aire apoyándome en el lavabo y coloqué un mechón detrás de mi oreja. Aquella mañana, mi pelo había amanecido rebelde y ondulado. Era lunes y mis ojeras podían tocar el suelo. Sin embargo, no era el hecho de que fuera lunes lo que me molestaba, tampoco lo era que hubiera dormido poco, sino más bien tener que esquivar a Louis.

La puerta de uno de los cubículos que había detrás de mí se abrió y, segundos más tardes, pude ver mi reflejo en el espejo acompañado del de Megan. Ella no poseía un mejor aspecto que el mío, pero parecía estar mucho mejor ahora que se estaba fumando un cigarro.

-¿Sabes que no podrás esquivarle siempre no?-cuestionó Megan después de expulsar el humo.

-No, pero quiero evitar los problemas. No es fácil ser la sobrina del jefe de policía-repliqué agachándome para coger mi mochila del suelo y ponerla sobre mi hombro.

-¿Se puede saber qué pasó el sábado?-preguntó acercándose hasta la puerta del baño para asegurarse de que nadie entrara y la pillara saltándose las reglas.

-Nada, da igual-musité desganada.

-¿Quieres uno?-dijo esta vez tendiéndome la cajetilla de tabaco para que tomara uno.

-No, gracias. No fumo. ¿Te veo luego, vale?-respondí antes de salir por la puerta.

No estaba de humor. Sabía que había visto lo que no debía. Louis me lo había advertido. No le tenía miedo, pero tampoco quería causarle problemas a Liam o a mi tío. Además, no podía comprender la actitud de Zayn primero me protegía y luego me exigía, por no hablar del comportamiento de Harry. Él me había prometido que vendría y me había dejado plantada. No sé por qué me había empeñado en ser su amiga. Era obvio que Harry no quería serlo.

Había avanzado varios metros, cuando sentí cómo alguien se apoderaba de mi muñeca. Aquella manía de que todos me agarraran así, comenzaba a molestarme.

-Tenemos que hablar.

-Tú y yo no tenemos nada de que hablar-mascullé cabreada.

Aunque mis palabras eran duras y bordes, suspiré aliviada por haberme cruzado con Harry y no con Louis. Sí, estaba enfadada con él, pero al menos, no se atrevería a amenazarme. Y con él, no corría peligro de que mi carácter escapara y explotara en un momento.

-Sé que no fui, pero necesito que me dejes explicarme-dijo abrasándome con el furor de su verdosa mirada.

-Guárdate tus explicaciones, Harry. Ya has dejado claro que no quieres ser mi amigo-respondí librándome de su agarre.

-Teddy, entiendo que estés enfadada. Pero no fue mi intención dejarte plantada.

-No puedo hablar de esto ahora. Tengo filosofía y ya llego tarde-expuse mientras veía cómo el resto del alumnado se movilizaba hacia sus respectivas clases.

En el fondo del pasillo pude ver como Zayn y Louis se escaqueaban para saltarse la siguiente hora. Ni siquiera entendía para qué venían a clase si se pasaban más tiempo fuera de ella que dentro.

-Está bien. Te espero al final de clases-pronunció firmemente sin darme opción a negarme.

Y sin más, giró sobre sus pies y desapareció de mi vista en cuanto giró a la derecha al final del pasillo, segundos más tarde.

Expediente 17. |Z.M & H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora