Cap 05: Mensaje

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Para Víctor todo sonaba a cita, una cita romántica que aumentaban su sentir hacia Yuuri Katsuki, por su forma tan sencilla y amena de ser. Durante las competencias, los dedos le picaron por tomarle la mano y su brazo por encajarlo en el hueco bajo de él, para pegarlo a su costado. Los labios muchas veces se contuvieron de robarle un beso mientras le dirigía la mirada en el estadio y su lengua se guardó decir cuánto le gustaba sus ojos marrones cuando le miraban. Y ni decir lo embobado que se quedaba cuando lo escuchaba hablar con tanta propiedad y con el peso de su experiencia como excompetidor sobre los resultados probables que tendría los patinadores, podría quedarse así por horas.

Cuando se abrazaron celebrando el alto puntaje del programa libre de Yuri Plisetsky, que pese a su lesión logró alcanzar el podio con un bronce, le costó no buscar sus labios y besarle. Solo se contemplaron mientras se separaban de a poco, como si no quisieran hacerlo. En Víctor, las mariposas revolotearon alteradas en sus pulmones.

Pero no descartaba la posibilidad del beso, no con el cambio de rumbo que había tomado la salida, cuando Yuuri se quedó mirando aquel local con luces de neón que invitaba al baile. Víctor tenia que admitir que había pasado varios meses desde la última vez que estuvo en uno, cuando festejó su graduación. Había dedicado su vida a estudiar y a ser el mejor; por esa razón, esos momentos de distracción fueron limitados. Pero si iba a ir con Yuuri, por él iría todos los fines de semana.

El local estaba lleno de jovencitos de su edad que inmediatamente le dirigieron la mirada. Víctor temió ser reconocido y que la cita que estuvo esperando por casi toda su vida se convirtiera en una película de persecución. Por fortuna, no pasó de un par de fotos y autógrafos que entregó.

—Por un momento te iba a pedir el gorro —Yuuri le miró al escucharlo, pero Víctor hablaba en serio con la idea de esconder su cabello en ese gorro de lana que Yuuri acababa de quitarse sobre la mesa.

—Si vienen más, hagamos eso —dijo bajando la mirada. Víctor no podía dejar de verlo.

—¿Qué pediste?

—Un par de cerveza para iniciar.

La música disco sonaba a todo volumen y las luces se desplazaban entre las personas de la pista. Un mesero llegó con las cervezas y ambos empezaron a beber mientras veían la gente bailar entusiasta. En honor a la verdad, Víctor ya tenía las piernas cosquilleándole por entrar y moverse, así que su pie se azotaba al suelo al ritmo de la electrónica y le hacía señales a Yuuri para que se movieran al centro de baile. La única respuesta que recibía de Yuuri era tragar más cerveza.

—¿Desde cuándo no bailas? —quiso saber, para hacer más agradable la espera. Sus hombros no podían parar de moverse. Yuuri pidió otra cerveza y Víctor le siguió.

—Hace... dos años. En la boda de Mila.

—Oh, cierto que estuviste allí. Vi fotos. —Yuuri asintió con calma. Víctor vio las nuevas cervezas llegar a su mesa con prontitud, abrió y bebió otro trago—. ¿Qué esperamos para entrar a la pista? —preguntó con un tono divertido.

Yuuri miró la gente que bailaba y bebió otro trago.

—Estoy agarrando valor —confesó. Víctor pestañeó sin comprender.

—¿Valor?

—Para meterme a bailar en medio de gente al que le doblo la edad.

—¡Qué exagerado! ¡Apenas tienes veintiocho años, Yuuri-sempai!

Yuuri se puso de pie tras el siguiente trago, se quitó la chamarra para dejarla en el asiento y su bufanda. Víctor sintió el calor subir de la punta desde los mocasines hasta la cabeza cuando vio cómo su ídolo se preparaba para sacarlo a la pista. De inmediato, también se retiró la bufanda y su gabardina para dejarla también en su asiento, encontrándose listo para aceptar la mano de Yuuri cuando lo convidó a ir con él. Sintió electricidad, todo el ambiente se llenó de energía.

Mi amado Yuuri-sempai (YoI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora