Chapter 6.

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            Despertando, encontrando a nadie en su lado, esperando que su suerte estuviera de su lado para encontrarla a ella, poder abrazarla y besarla lo más que pueda antes de que sea tarde en todo

Pero no, ella tenía que irse, tenía que ser todo así. Una completa mierda de vida, una completa vida de miseria en el amor con ella. Cómo es que se pudo enamorar de ella? Por qué tuvo que ser tan tonto para caer por ella? Sabe que ella no tiene sentimientos por él, pero creyó, por un maldito breve momento, que ella podría tenerlos para él y sólo para el.

No fue así y no será así.

Pero como siempre dicen: no pierdas la fe en lo que más quieres, gánalo y si lo consigues, no dejes ir lo que tanto te costó obtener.

Cómo puede obtener su amor? Cómo podrá hacerlo sin hacer algo tonto y que no sea de su agrado?

Todo esto parece cuento de hadas, cuento en el cual el no sabe qué hacer.

Suspirando, se levantó de su cama dirigiéndose hacía su baño para hacer sus cosas necesarias. Una ducha fría de nuevo no hará ningún mal en este caso.

Al salir de la ducha, estando en sólo su toalla por alrededor de su cintura, se acercó al lado de la cama dónde una vez Emilie dormía siempre, pero esa noche durmió alguien más, alguien a quien sigue amando.

Emilie nada más le dejo un vacío en el pecho por un par de semanas, y un niño el cual quiere también, mucho, pero nunca lo demuestra.

Su pasado con su esposa,— ex-esposa,— fue un recuerdo bonito, un cuento de hadas bien contado, dos pajarillos enamorados del uno al otro, sin errores, sin peleas y sin ningún inconveniente. Pero esas historias siempre son las que acaban mal, las que acaban en el pozo, y oh, cuanta razón tienen.

Pero una historia en la cual uno tiene que conseguir el corazón de la chica, de la chica que has amado por varios años y no puedes sacarte de la cabeza porque parece una droga,— de la buena,— oh, esas historias son las que a Gabriel Agreste le fascinan, y más si esa historia tiene que ver con el mismo.

Tiene que conocerla más, intentar ganarla, no como objeto, pero intentar que ella sea su novia.

¿Podrá lograr hacer que eso se cumpla?

No puede sacarla de su cabeza, no puede dejar de pensar en su piel, suave, cremosa y tan preparada para el.

Cerro los ojos para así recordar lo de la noche.

"Nathalie," Dijo este, al sentir como los dedos de ella jugaban con el cinturón de su pantalón.

Ella no le respondió, no quiere que ninguno de los dos hable, no quiere nada más que sentirlo dentro de ella. Pero Gabriel tiene otros planes. Llevó sus manos hacía arriba de la cabeza, para que no toque nada. Su cabeza bajo hacía sus muslos, partiendo sus piernas abiertas, para así dejar un beso sobre su pantalón.

No, eso no es de esperar más. En un par de minutos Nathalie estaba desnuda delante de el, excepto por su brasier, pero ella, ahí esparcida de piernas para el, y sólo para el. Era una delicia que va disfrutar.

Esperar no era una opción para el. Bajo sus labios a los de ella, volviendo a tomar sus dos manos en la de el con facilidad. Sus besos bajaron de los labios de Nathalie a la quijada, al cuello, a su pecho, a su brasier, dejando besos por encima de la tela en sus pezones. Bajando más hasta llegar al abdomen, dejando traces de saliva, traces que luego va a recorrer una vez más si se le permite.

"Oh," Ella gimió al sentir los labios de el en su pubis, arqueando las caderas hacía su boca, donde lo quiere. "Por favor,"

Gabriel, queriendo divertirse un poco más de lo normal, bajo sus labios a sus muslos internos, dejando saliva también, luego subió y con la lengua trazando la figura de sus pliegues, haciendo que Nathalie volviera a gemir, esta vez un poco más alto. Eso para él es divertido y le encanta saber que ella esta lista para todo, pero lista para el.

Abrió su boca un poco más para así pasar trace de su lengua en el clítoris y pliegues. Se separo de su sexo para verla. Una imagen de puro placer en ella. Los ojos cerrados, boca media abierta, dejando salir ruidos que a el le hacen que su erección sea mas incomoda con el tiempo dentro de su pantalón.

"Por favor, qué?"

"Por favor, Gabriel.."

Sonrió. "Cielo, si no dices que quieres, no podré dártelo."

"Por favor.. sólo,"

A la mierda con jugar, sus labios se pegaron en sus pliegues una vez más, comiendo, lamiendo y jalando. Encontrando su punto G.

Abrió los ojos para notar su breve erección por debajo de su toalla. Puede hacer algo para detener eso, pero no quiere pensar en ella, no quiere y no debe pensar.. a quién va intentar engañar? Está putamente enamorado de ella, de su cuerpo, de su forma de ser. Todo de ella.

Lo va intentar.

Boundaries.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora