Chapter 10.

320 26 2
                                    

"Ja. Ja. Ja"

No, no le gustan las bromas de ese tipo, y menos de las personas que a ella le importan más.

"No hizo gracia, cierto?"

No, no lo hizo. Quiso decir. Pero como diría eso sin ser tan directa y sin sonar tan fría?

Balanceando su peso de un pie a otro y con los brazos cruzados por debajo de su pecho, volteó a ver a otro lado para evitar la mirada de él.

"Oh."

Su ceño se frunció. La broma en algún punto tendría que hacer gracia — más para otra persona que para ella — pero no la hizo. No le encuentra sentido alguno.

"Perdón."

Por qué pide perdón cuando no ha hecho nada malo además de la broma que ella no le encuentra lo gracioso y pueda que nunca lo tenga?

Volteo a verle.

Tiene siempre esa mirada. Esa maldita mirada que ya no sabe como tomársela. No sabe que hacer con todo eso.

Los lados de sus labios se levantaron un poco, no en una sonrisa sincera, pero en una que sabe el va a aceptar de todos modos. Se sentó en el sofá, cruzándose de piernas y reposando sus manos en su rodilla, entrelazadas.

"Esta bien."

"Bromas así por lo que veo no te hacen gracia alguna."

Lo noto. Ella lo nota. Todo mundo lo nota en algún punto.

Desvió su mirada.

¿Estará lista para hoy?

Lo duda, y mucho.

Le volteó a ver cuando el se sentó enfrente de ella, viéndole.

"No, no me gustan. O pueda que sea que simplemente no les encuentro el sentido alguno."

Gabriel relajó su expresión, haciendo notorio que no le molestó para nada su actitud hace un segundo. ¿Por qué le iría a molestar cuando ella no ha hecho nada malo? Si uno no se toma una broma cómo uno lo espera, nada más se puede hacer es comprender el por qué o el que no le gustan las bromas a esa persona.

"Tranquila. Sé que en algún punto lo iba a descubrir." Le sonrió, como todas las semanas — y secciones, si es que se le puede llamar así — "Lista, querida?"

Nathalie asintió. Los muros que ella carga en estos momentos no son nada comparados a los que llevaba hace mucho. Ahora están más bajos, más delgados, más para poder romper con una roca si es posible. Pero ella no quiere tener eso, quiere tener esas paredes en lo alto para cuando alguien le lastime.

Pero con Gabriel? Con él las ha bajado a tal punto de cuestionarse por qué lo hace. Ella misma no sabe si esto llegará a más, si llegará a bien, si esto va a terminar bien en algún modo.

No, ella no lo sabe pero también le pica la curiosidad de saber que podría pasar cuando todo esto acabe y esas paredes suyas se larguen. Abriendo perfectamente una entrada a su corazón, a sus problemas más oscuros, a su alma. Tiene miedo aún, pero al curiosidad es más poderosa. Batallar con algo así es difícil.

"Bien. Sabes que siempre te pregunto lo mismo. Así que, querida, cómo estás hoy?"

Sí, la misma pregunta principal es esa, una que a cierto punto le va a cansar de que se lo estén preguntando. Pero ella sabe como cubrir todo.

¿Cómo está ella hoy?

Bien. No. Mal. Una mezcla de las dos.

No quiere parecer tonta al mostrar todo, no quiere ser sincera pero no quiere mentir tampoco. Ella jamás miente y no va a empezar a hacerlo. Pero realmente, está bien con todo lo que ha pasado en las semanas pasadas? Con lo que pasó ayer?

Ayer.

Un sentimiento poco presente — que sólo se presenta cuando está pensando en eso — lo sintió en su pecho, en su estomago también. No es muy común ese sentimiento, pero cuando lo siente, no para de sentirlo hasta que está sola y sólo pensando en sus problemas pasados y presentes — probablemente en los problemas futuros también.

No, ese sentimiento no puede describirlo pero tiene una palabra en la punta de la lengua para ello, sólo que se niega a creer que es eso, ella no puede tener eso, jamás lo va a tener por más que ella lo desee o no lo desee.

Suspiro hondo. Los hechos de ayer viniendo como cascadas en su mente. Gabriel estuvo con ella por el resto de la noche, confortándola, ayudando a calmar esos temores que siempre siente en las noches, las pesadillas que siente, el no poder dormir. Pero algo gracioso de todo eso es: cuando ella se estaba quedando dormida en los brazos de él, no sentía terror alguno, sólo paz. Y así fue toda la noche, durmió en paz, durmió con la esencia de que alguien la estaba cuidando — protegiendo

"Se podría decir que estoy bien y mal."

Desvío la mirada hacía sus manos, las cuales ahora están entrelazadas en su regazo.

Gabriel desvío su la vista hacía el regazo de Nathalie, viendo las manos entrelazadas y moviéndose de vez en cuando entre ellas. Sabe que esto ella lo hace cuando está nerviosa, cuando tiene miedo o incluso cuando está incomoda.

"Nathalie, querida."

Ella levantó la mirada hacía él al escucharlo. Su sonrisa es sincera, tierna, calmada. Entre abrió los labios un poco para así dejar salir un pequeño aire.

"Creo que por hoy lo dejaremos aquí. Ve a descansar un poco más, hoy tampoco harás nada."

"Pero—"

"Nada de peros, amor. Ahora ve, y descansa un poco. Mañana proseguiremos con todo."

Nathalie tragó en seco y pasó su lengua por sus labios ahora secos. Tiene la garganta seca, necesita un poco de agua o algo para llenar esa sequedad que de la nada se presentó

Asintió para así levantarse del sillón. Salió del atelier y se dirigió a la cocina para tomar un vaso de agua.

¿Me dijo amor?

Boundaries.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora